"Los 'rumaños' también votamos"

Me voy a buscar a unos compañeros que quieren votar y no saben dónde estamos". Ayer a mediodía, a las puertas del centro cívico Teodoro Sánchez Punter de Zaragoza, Elena Voicu, miembro de la Casa de Rumanía en Aragón y vocal del PP en el distrito municipal del Casco Histórico, no paraba de recibir llamadas al móvil de compatriotas que querían participar en las elecciones al Parlamento de su país y querían saber adónde debían acudir.

Esta desempleada de 48 años -"la crisis se nota, pero ya saldrá algo"- es uno de los más de 60.000 rumanos que viven en la comunidad y que por primera vez podían participar desde el extranjero en sus comicios legislativos. "Los 'rumaños' también votamos, hoy todos los inmigrantes del país elegimos cuatro diputados y dos senadores -explicaba satisfecha-. Basta con ir a una de las mesas de votación y presentar el pasaporte, el DNI y un documento que acredite que residimos legalmente en España".

A lo largo de la jornada, el goteo de familias y grupos que se acercó al centro cívico de San José, uno de los 20 colegios electorales habilitados por el Gobierno rumano, fue constante. No obstante, hasta última hora del día no iba a haber datos de participación.

En una de las salas del edificio municipal se había habilitado una urna electoral y varias cabinas para poder ejercer el derecho a voto con total intimidad. En la mesa, además de personal del Gobierno de Rumanía, había apoderados de los distintos partidos que concurrían a las elecciones.

Uno de ellos era el presidente en Aragón del Partido Democrático Liberal, Gabriel Emil Trandafir. Este economista de 33 años lleva seis en Zaragoza y ocho en España. "Trabajo como administrador en una empresa de construcción, y entre la comunidad rumana soy muy conocido -contó-. Por eso en septiembre mi partido, que es de centro-derecha, me eligió para ser su presidente en Aragón y hacer campaña".

Trandafir y su formación se han valido del periódico gratuito "Diáspora", que se edita en Castellón pero llega a otras provincias, de carteles, del boca a boca y de lugares de reunión como las tiendas de comida rumana. "Aquí también ha habido campaña -explicó orgulloso-. Los rumanos inmigrantes no somos tan fáciles de engañar como los que viven en el país, conocemos la forma de hacer política de otros países y desde luego es mejor que la nuestra". La mesa electoral se cerró a las 21.00, pero los resultaros se conocieron casi a medianoche.