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Los políticos, entre la playa y la montaña

Los cargos públicos y dirigentes de los partidos también tienen derecho a desconectar. Pero este año de crisis toca 'apretarse el cinturón'.

Playa o montaña? ¿Turismo interior o escapada al extranjero? Llega el verano y con él el descanso más prolongado del año, y no solo para los ciudadanos de a pie: los políticos de Aragón también disfrutan de sus vacaciones.

Finalizado el curso, la mayoría de los cargos públicos y dirigentes de los partidos abandonan sus puestos para desconectar de la actividad política y coger fuerzas para el próximo curso, en el que sobresale la convocatoria de elecciones municipales y autonómicas en mayo.

Muy pocos pueden cogerse las vacaciones tranquilos, ya que el horizonte del mes de agosto con el debate del estado de la Comunidad a la vuelta de la esquina y una huelga general convocada el 29 de septiembre, exige seguir de cerca la actualidad. Muchos consejeros y diputados han optado por no irse muy lejos de casa o por organizar viajes de una semana. Otros políticos prefieren descansar pocos días y luego alternar sus ocupaciones con escapadas durante los fines de semana.

Este año los días estivales de los políticos podrían calificarse de austeros, ya que la situación económica del país es mala, con muchas personas en el paro y saben que tienen que dar ejemplo. No es el momento adecuado para programar viajes suntuosos. Sin embargo, todos intentarán conseguir su objetivo: desconectar de sus obligaciones y preocupaciones y dar rienda suelta a sus pasatiempos favoritos.

La mayoría de los cargos públicos buscarán el mar, un sabroso arroz o un buen libro. Y es que las vacaciones de los políticos, al menos de los aragoneses, no difieren demasiado de las de cualquier ciudadano medio. Los representantes se decantan por el turismo nacional -sobre todo por la costa, especialmente la levantina-, por viajar con la familia y por situar el descanso como su objetivo principal.