EDUCACIÓN

Los niños de Peñaflor estudian en aulas prefabricadas desde hace ya 20 años

Se colocaron de manera provisional a la espera de un colegio con espacio suficienteLa Asociación de Padres reclama a Educación que construya un nuevo centro.

Los módulos (al fondo) se encuentran pegados al colegio, construido de ladrillo.
Los niños de Peñaflor estudian en aulas prefabricadas desde hace ya 20 años
TONI GALáN/ A PHOTO AGENCY

Los alumnos del barrio rural de Peñaflor, en Zaragoza, estudian en aulas prefabricadas desde hace dos décadas. Los módulos se instalaron -como Educación hace en todos los casos- de manera provisional a la espera de unas instalaciones amplias en el colegio Florencio Jardiel, pero diez años después estas no han llegado y las casetas se han convertido en una parte más de la escuela.

La Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del centro pide a Educación que no se olvide de los alumnos de este barrio rural y que acometa las obras necesarias para que cuenten con un colegio "en condiciones". "Hay pocas aulas, no se dispone de biblioteca ni salas multiusos y tampoco cuenta con comedor, algo que supone un problema para muchos padres. De hecho, algunos llevan a sus hijos al San Gabriel (en Zuera) porque sí tiene ese servicio", comenta María Yolanda Graciano, presidenta de la AMPA.

En el Florencio Jardiel estudiaban el pasado curso unos 40 niños de infantil y primaria. El limitado número de niños hace que varios cursos se agrupen con un mismo profesor. Todos ellos se reparten en dos aulas que hay en el edificio de ladrillo y otras dos prefabricadas, situadas junto al inmueble principal. Una de ellas se utiliza para dar clase y la otra, normalmente se ocupa cuando se hacen desdobles. Por ejemplo, entre los alumnos que eligen religión y los que optan por la alternativa.

"Llevamos tiempo pidiendo una reunión con la consejera de Educación, pero no nos han recibido. Necesitamos un nuevo colegio ya", asevera Graciano.

Desde el Gobierno de Aragón aseguran que las aulas prefabricadas se compraron hace unos 20 años para escolarizar a los niños de Peñaflor y se decidió mantenerlas porque costaba más desmontarlas que dejarlas y porque a la escuela le servían de espacio de desahogo. Mantienen, además, que este tipo de casetas cumplen con todos los requisitos que permiten dar clase perfectamente.

Sin embargo, desde la asociación de padres no comparten esta idea y aseguran que ha habido problemas, por ejemplo, con la calefacción -que se arreglaron el año pasado- . "Había unos radiadores que resultaban peligrosos, no sé cómo no se quemó ningún niño", cuentan desde la asociación.

El Ayuntamiento cuenta ya con un solar donde podrían habilitarse nuevas aulas y un comedor de ladrillo y se está a la espera de que la DGA levante un edificio. "Nos dijeron que estaría en 2010, pero no hemos vuelto a tener noticias", comentó una madre de Peñaflor que prefirió no dar su nombre.

Treinta casetas más en Aragón

Aparte de los módulos que hay en ese barrio rural, el Departamento de Educación instalará este próximo curso 30 aulas prefabricadas repartidas por las tres provincias: 15 en la de Zaragoza, 13 en la de Huesca y 2 en la de Teruel.

La DGA alquila estas aulas a una empresa por un precio de mil euros al mes cada clase durante el primer año de arrendamiento (que incluye la instalación de los módulos). A partir del segundo curso, el precio se divide a la mitad y pasa a costar 500 euros mensuales.

El montante que supondría construir un nuevo colegio dependería del tamaño y de las características que tuviera. Por ejemplo, el que abrirá en septiembre en La Puebla de Alfindén (con seis unidades de infantil y 12 de primaria) tiene un presupuesto: 4.328.000 euros. Un poco menos vale el que se ha levantado en la localidad de Pastriz. Allí se ha creado una escuela de tres clases de infantil y seis de primaria que ha costado casi 3.200.000 euros.