POLÍTICA

Los grandes pactos de Estado como esperanza política

Los colaboradores de HERALDO coinciden en la necesidad de acuerdos entre PSOE y PP para avanzar.

Ruth Vallejo, Vicente Calatayud, Pedro Arrojo, Alberto Sabio y José Luis de Arce fueron en la última campaña electoral colaboradores de auténtico lujo de este periódico. Día día, durante las dos semanas de contienda política previa a los comicios finalmente ganados por el PSOE, ofrecieron en estas páginas una opinión plural e incisiva, muy pegada siempre a los problemas ciudadanos y la refriega ideológica. La semana pasada, todos ellos (excepto Arrojo, que no pudo asistir por problemas de agenda) compartieron mesa y mantel en un céntrico hotel zaragozano con el director de HERALDO DE ARAGÓN, Guillermo Fatás, para analizar la legislatura en ciernes, las perspectivas de proyectos y objetivos, y también problemas, que se dibujan para España y la Comunidad Autónoma en los próximos cuatro años, que estarán marcados por un segundo mandato de los socialistas con José Luis Rodríguez Zapatero a la cabeza.


Los cinco articulistas vinieron a coincidir, como reflejan hoy en sus comentarios y opiniones, que la política española debería dar un giro radical en cuanto a la relación de los dos grandes partidos de ámbito estatal. Unos citan esa necesidad desde la esperanza, otros desde el escepticismo, pero todos la señalan como un requisito indispensable para que la gestión de la Administración central pueda tener efectos beneficiosos en las grandes materias, las que preocupan a todos los españoles: la sanidad, la justicia, el terrorismo, la política hidráulica, los desarrollos estatutarios, el empleo...


La economía es otro de los puntos de acuerdo. Al menos en lo sustancial, ya que hay unanimidad en la preocupación por el deterioro evidente de los grandes parámetros y la fuerte caída en el sector de la construcción, uno de los principales ejes hasta ahora del crecimiento económico. Una coyuntura delicada, según reconoce el propio ministro de Economía en funciones, Pedro Solbes, que precisa de ese entendimiento político y social para evitar un agravamiento de la situación que pudiese convertirla en estructural.


En cuanto a Aragón, a pesar de que goza de una realidad y expectativas mejores que otras Comunidades, el análisis resalta las grandes asignaturas pendientes: infraestructuras y comunicaciones y la falta de peso político ante el Ejecutivo central.