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Los diputados aragoneses, excepto Rudi, votan a favor del trasvase del Ebro

PSOE, PP, PNV e ICV apoyaron validar el decreto. El único partido que se opuso fue IU. ERC y CiU se abstuvieron. La ministra Espinosa obvia a Iglesias y rechaza comprometerse a no autorizar la venta de derechos de riego a Cataluña.

El Congreso de los Diputados validó ayer por 318 votos a favor, 16 abstenciones y un único voto en contra el decreto que amplía el trasvase del Ebro hasta Barcelona. La representación aragonesa, a excepción de la diputada por Zaragoza del PP, Luisa Fernanda Rudi, asumió los postulados de sus respectivos partidos y apoyaron el trasvase del Ebro. Además, el Congreso rechazó darle al decreto un trámite parlamentario mayor para poder introducir enmiendas. En esta votación, aunque el PP sí se mostró a favor de cambiar el decreto, los votos del PSOE y los nacionalistas catalanes lo impidieron.


El debate, aunque inicialmente no debía tener sorpresas sí la tuvo. La ministra de Medio Ambiente y Medio Rural, Elena Espinosa, evitó comprometerse, como habían señalado desde el PSOE aragonés, en la reclamación que había hecho el presidente autonómico, Marcelino Iglesias, sobre la venta de derechos de riego a Cataluña. Nada dijo sobre el punto clave para el Ejecutivo PSOE-PAR, que fue relegado a una declaración de la portavoz socialista. El despropósito de la actuación de Espinosa llegó hasta el extremo de ni siquiera utilizar el turno que tenía para cerrar el debate, a pesar de que cada uno de los portavoces (excepto la del PSOE) había desmontado previamente sus argumentos respecto a que el trasvase del Ebro en realidad era solo "una reasignación temporal de caudales".


La abstención de la ex alcaldesa


La indisciplina de Rudi llegó como una losa para el resto de diputados aragoneses. En el PSOE, al parecer ningún diputado planteó ante la dirección de grupo la posibilidad de separar su voto de la disciplina interna por dignidad y por lo que decía en campaña este partido en Aragón. Así, lo mejor que les venía es que el resto de diputados aragoneses actuasen en consonancia.


En cuanto al PP, durante el lunes y el martes hubo todo tipo de negociaciones entre varios diputados, Santiago Lanzuela principalmente y Ángel Pintado, con la dirección del grupo, con la portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, y hasta con el presidente Mariano Rajoy. Las opciones que se barajaron fueron diversas, desde que todo el grupo se abstuviese hasta que los aragoneses no votasen. Al final, desde el PP se determinó que una abstención no se entendería desde Cataluña y que una indisciplina de todo un territorio era una forma imposible de afrontar el primer debate ordinario en el que Sáenz de Santamaría ejercía de portavoz.


La salida de Rudi -según aseguran todos los implicados (excepto ella, que declinó hacer declaraciones)- no estaba en ningún caso pactada y fue consecuencia de una decisión personal que pudo más que la disciplina de grupo. Hay que decir que estas actuaciones no salen gratis en los partidos y previsiblemente deberá, al menos, pagar una multa.


IU se queda sola en su rechazo


La decisión de Rudi y la evidencia de que la ministra ni siquiera se creía su propio discurso no fueron las únicas cuestiones llamativas. El diputado de IU, Gaspar Llamazares, votó en contra del decreto. Fue el único diputado que lo hizo. En su caso, a diferencia de Rudi, ese rechazo no es un posicionamiento personal, sino impuesto desde la propia organización. Así, dirigentes regionales de IU se reunieron previamente para marcar al único diputado de la formación el voto contrario al trasvase. Igual que la ministra prefirió no hacer uso de su segundo turno al verse en un planteamiento complicado, Llamazares no tomó tampoco la palabra. En su caso, cedió todo el tiempo al diputado de ICV, que apoyó el proyecto.


Respecto a los otros partidos nacionalistas, CiU mostró la necesidad de que se solucione de una vez el problema recurriendo a un futurible trasvase del Ródano y ERC decidió abstenerse. Pero no lo hizo por motivos ecológicos, ambientales, o similares. Su argumentación final para decir por qué no lo votan estaba encaminada a que no les gusta que, aunque lo paga el Estado, vaya a una partida que ya estaba destinada para inversiones en Cataluña.