LOS EFECTOS DE LA CRISIS

"Los caprichos en las comidas se han acabado"

En la cesta de la compra ya no cabe ningún tipo de exceso, los zaragozanos han empezado a cuidar mucho el dinero que gastan en su alimentación. Los comerciantes se quejan de que se compra menos y se opta por lo más económico.

El lujo ya no tiene sitio en la mesa a la hora de comer. La crisis también ha llegado a los mercados zaragozanos. En las pescaderías, charcuterías, carnicerías y fruterías se compra mucho menos o se adquieren productos más baratos. A pesar de que la alimentación es uno de los sectores que más tarde se resiente en épocas difíciles.


Esperanza Abad espera a que le toque el turno en la pescadería. No sabe si comprar pescadilla o gallo. "A ver cuál está mejor". Estos se han convertido en el producto estrella entre los pescados, a 10,50 euros la ración y 16,90, respectivamente. En el otro extremos se encuentran los lujos del mar: percebes, langostas, bogavantes... muy deseados pero poco consumidos últimamente.


Miguel Cañete, pescadero, explica que los clientes se llevan las mismas cantidades de producto que antes, "pero si hace unos meses, cualquier día compraban una ración y un capricho, ahora cogen la ración y se reservan el capricho para el fin de semana". Las estrategias para sobrellevar los malos tiempos existen.


Algo parecido ocurre en las carnicerías, donde el ternasco pocas veces sale del mostrador. Ángel Jaime es propietario de uno de estos establecimientos. Lo que más vende en esta época es vacuno y cerdo. "El ternasco cunde muy poco y además su precio ha subido mucho". Una mala combinación para sobrevivir en crisis.


En una frutería cercana al puesto de Ángel Jaime los efectos de la mala situación económica saltan a la vista. Nadie hace cola para comprar. Mientras, sus trabajadores leen una revista. "Antes estábamos mucho más entretenidos", comenta una de ellas. El vendedor, Rubén Cubero, se queja de que la crisis se está haciendo notar mucho. "Los clientes compran mucha menos cantidad". Entre los productos más demandados se encuentran los más baratos: patata, cebolla, borraja y judías verdes. Estas últimas, hace tres semanas, costaban casi 5 euros, pero ayer, se ofrecían a menos de 3. Las frutas más afectadas son las tropicales. "Vendemos muy poca piña", explica Cubero. Otro de los servicios que ha sufrido un descenso de demanda es la limpieza de verduras. "Antes se vendían muchos productos limpios, ahora ya no, porque claro, son mucho más caros", dice Cubero.


Los consumidores vigilan el dinero que gastan en alimentación. "Yo sigo comprando lo mismo porque con los niños, no me queda otro remedio; pero ahora voy mucho más a la oferta", explica Ana Solans en la charcutería. "Eso sí, he dejado los caprichos", añade. Un signo de que la crisis está afectando realmente al día a día del ciudadano.


Futuro incierto


José Ángel Oliván, de la Unión de Consumidores de Aragón (UCA), explica que la alimentación siempre es el "último barco" en una crisis. Sin embargo, recuerda que en este caso fue uno de los primeros indicadores de la situación: "Entre octubre y noviembre del 2007 se produjo un aumento muy fuerte y bastante extraño del precio de la leche y los frescos".


Olvido Blasco, de la asociación de Consumidores de Torre Ramona comenta que una crisis es como una cadena: "Primero fueron los pisos, luego los coches... Ahora la situación afecta también a la alimentación en general". Para Blasco hay ejemplos muy claros de esta situación. "Antes se compraba un kilo de melocotones con alegría, ahora nos conformamos con tres".


Y, ¿el futuro? De momento Miguel Cañete comenta que el precio del pescado está bajando. "Pero la Navidad se acerca y entonces, los precios volverán a subir". Añade que a principios de noviembre la gente ya se empieza a preocupar por las celebraciones navideñas. Olvido Blasco es un poco más optimista. "Creo que la situación no tardará mucho en arreglarse".