UNIVERSIDAD

«Los alumnos de alemán suben un 12% tras años de caída»

El Centro de Lenguas registra un repunte de matrículas que prevén se repita en 2012.

Un grupo de alumnos durante una clase en el Centro Universitario de Lenguas Modernas.
«Los alumnos de alemán suben un 12% tras años de caída»
JOSé MIGUEL MARCO

El tirón de Alemania y las posibilidades laborales del país tiene ya un reflejo en las estadísticas sobre el estudio del idioma germano. En el último año, el Centro Universitario de Lenguas Modernas ha visto como la matrícula de alumnos de alemán ha crecido un 12% y se ha conseguido superar las 500 inscripciones, una cifra que no se alcanzaba desde hace casi una década.

«De 1995 al 2000 hubo un incremento importante de estudiantes, llegaron incluso a duplicarse por el efecto posterior a la reunificación, la fuerza del eje París-Berlín y la presencia de empresas como GM o Balay en Aragón. Pero a partir de ese año se inició un descenso. Ahora vuelve a cambiar la tendencia: los alumnos suben un 12% tras años de caída», explica Carmelo López Lacambra, director del centro de formación en idiomas de la Universidad de Zaragoza y uno de los ocho profesores de alemán que allí trabajan.

Este prevé que este crecimiento se repetirá el curso que viene, a lo que ayudará el llamamiento de la canciller Angela Merkel a los parados españoles. Pero, ¿cuántos años de estudio del idioma se necesitan para poder ir a Alemania a trabajar? «Una persona que esté haciendo tercero en nuestro centro universitario (cada curso es de 90 horas) ya puede interactuar y manejarse en la calle. Se siente cómoda escuchando una conversación en determinado contexto y sabe identificar y preguntar por las palabras que no conoce», cuenta López.

El director del Centro de Lenguas apunta, no obstante, que todo depende de la dedicación del alumno tanto en clase como en casa. «Si el tiempo que se invierte en estudiar el idioma es mayor, la mejora es exponencial. Es posible aprender en menos meses», dice.

López insiste en desmitificar que el alemán sea una lengua imposible de aprender. «No es un ogro como se dice, ni la gramática es tan complicada como la pintan. De hecho, la pronunciación es más sencilla que la del inglés», afirma.