JUEGOS DE INVIERNO DE 2022

Lissavetzky pide una candidatura única mientras De la Vega evita criticar a Cataluña

El máximo dirigente del deporte obvia la postura aragonesa y apuesta por fusionar las dos propuestas en la marca "Pirineos". La vicepresidenta pide "objetividad" al COE "y que gane el mejor".

María Teresa de la Vega, ayer en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros.
Lissavetzky pide una candidatura única mientras De la Vega evita criticar a Cataluña
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Ni siquiera el Gobierno central se mostró ayer coordinado en el momento de marcar una posición ante el anuncio de Barcelona de interferir en la apuesta de Zaragoza-Huesca-Jaca para los Juegos Olímpicos de 2022. La vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, apostó tras el Consejo de Ministros por que sigan adelante las dos candidaturas, "que cuentan ambas con calidad, potencial y atractivo". Casi al mismo tiempo, el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, planteaba sin embargo que lo más conveniente sería fusionar la inicial propuesta de Zaragoza con la planteada este miércoles por Barcelona y presentar así al Comité Olímpico Internacional una única candidatura "con la marca Pirineos". Lissavetzky -que hizo esta reflexión en la segunda jornada de su visita a Cataluña- había señalado solo un día antes que el COI estaba en contra de las dobles sedes en las candidaturas.

 

La vicepresidenta lanzó una loa a ambas propuestas obviando en todo momento el malestar aragonés. "Tanto Barcelona como Zaragoza-Huesca-Jaca cuentan con unas instalaciones magníficas, amplias capacidades organizativas y experiencia; ambas son dos magníficas candidaturas y creo que el COE lo va a tener muy difícil", aseveró De la Vega. La vicepresidenta, que no tuvo en consideración que Aragón ya había retrasado varias veces su candidatura olímpica para dejar paso a otras ciudades que estaban en la carrera, consideró que "la coincidencia de ambas es una muestra del potencial y espléndido nivel del deporte español; debemos sentirnos orgullosos". En este sentido, De la Vega se limitó a pedir "objetividad" al COE en el momento de discernir por cuál de las dos ciudades apostaba. "Como ha ocurrido en otras ocasiones, seguro que tomará la mejor decisión, en función de criterios objetivos", aseguró.

 

Pero si las palabras de De la Vega tenían cierto sentido desde la óptica de no involucrarse en un conflicto entre territorios, la postura que marcó ayer Jaime Lissavetzky solo sirvió para desorientar aún más a todos los implicados. Con la manida frase de "la unión hace la fuerza", se reivindicó como eventual anfitrión de una reunión entre los dirigentes aragoneses y los catalanes para estudiar la posibilidad de una fusión ya que, a su juicio, lo que tendría fuerza de verdad ante el COI sería una gran candidatura única de los Pirineos. Al menos, primero planteó que lo más recomendable es que cada una de las candidaturas avance un poco más en su proyecto antes de sentarse a negociar quién de los dos cede.

 

Solo unas horas antes, Lissavetzky había avisado que "una candidatura conjunta no podía ser según las normas del COI". El problema, que explicó entonces, es que solo puede haber una ciudad de referencia, lo que supondría que o bien Zaragoza debía subordinarse a Barcelona o viceversa. Lissavetzky no aclaró exactamente cuál de las dos posibilidades está en su planteamiento.

 

Siguiendo esta línea, el secretario de Estado indicó que "no se miden las distancias en kilómetros, sino en minutos; si entre Zaragoza y Barcelona en un AVE se tarda poco tiempo, se puede tener la posibilidad de tener el hielo en un sitio, otras pruebas en otro, etc. Hay que ver si se quiere y se pueden sumar todos estos factores". Lissavetzky añadió además la posibilidad de que otra capital catalana también se sumase a su propuesta de entente: "También Lérida pide participar, porque ha despertado una expectación enorme".

 

Aunque los políticos aragoneses han dejado claro ya que no aceptarían, hubo quien interpretó las palabras de Lissavetzky en el sentido de que Barcelona fuese la ciudad de referencia de los Juegos Olímpicos mientras el Pirineo aragonés fuese el escenario principal de las pruebas de nieve.