POR UNA AP-2 SIN PEAJE ¡YA!

Liberar los peajes de las autopistas reduce en torno a un 70% los fallecidos en accidentes

Un informe de la DGT revela que las carreteras sin desdoblar, como pasa en la N-II, acumulan el 75% de las muertes por siniestros, y las vías de pago solo el 5,5%

¿Cuántos accidentes, muertos y heridos se podrían evitar con la liberación del peaje de la AP-2 entre Fraga y Alfajarín hasta que la Nacional II se convierta en autovía? No existe respuesta exacta a esa pregunta del millón, pero las estadísticas de los estudios que realiza anualmente la Dirección General de Tráfico (DGT) permiten aproximaciones con un resultado más que interesante. De acuerdo con las cifras de esos documentos oficiales, las muertes que se producen en la N-II por accidentes de circulación se reducirían en torno a un 70 por ciento.


El último Informe Anual de Siniestralidad de la DGT, correspondiente al ejercicio de 2007, revela con rotunda claridad la gran diferencia que existe entre las carreteras convencionales y las autopistas a la hora de que se produzcan muertes por accidentes de tráfico.


Las vías de doble dirección, como es el caso de la N-II entre Fraga y Alfajarín, acumulan el 75% de las víctimas mortales que se producen en los siniestros automovilísticos. Por el contrario, las autopistas presentan en esa trágica contabilidad de fallecidos un elocuente 5,5%. En las autovías, por su parte, y siempre con los datos oficiales de 2007, se registra un 15,2% de óbitos. Hay también un 4,2% de decesos por accidentes de tráfico en otro tipo de vías, como caminos y pistas forestales.


La autopista, además, es el modelo de vía que presenta el mayor porcentaje de disminución de víctimas mortales en accidentes de tráfico. En 2007, hubo una bajada de fallecimientos de un 28,2% respecto a 2006. En la comparativa con 2003, el descenso es del 61,8%.


Si se ve la evolución de ese mismo apartado en lo que se refiere a carreteras convencionales, las cifras se quedan en una disminución del 7,8% respecto a 2006 y del 32% en la comparación con 2003.


La mejora de la estadística de fallecidos en autopistas no ha cesado en el último lustro. En 2003, las vías de pago sumaban el 9,8% de muertes en accidentes. La cifra bajó el año siguiente a un 8,69%. En 2005 fue del 7,5% y en 2006 del 6,9%. Por lo que respecta a las carreteras, el dato se ha mantenido esos años con el máximo del 75,7% que se registró en 2003 y 2004 y el mínimo de 2006, con un 72,08%.


Una muerte de cada diez


Los 96 kilómetros que tiene el tramo sin desdoblar entre Fraga y Alfajarín suponen una centésima parte de la red viaria aragonesa, que suma más de 10.000 kilómetros. Y, sin embargo, ese trayecto se cobra una de cada diez muertes por accidentes en carretera en Aragón (en 2007 hubo 136 fallecidos en las diferentes vías carreteras de la comunidad autónoma). En lo que va de año el número de víctimas mortales ha descendido un 13,8%. Se han producido 69 fallecimientos frente a los 80 registrados en el mismo periodo de 2007.


La mayoría de los siniestros se producen como consecuencia de choques frontales o frontolaterales, circunstancias que se dan mucho menos en las autovías y las autopistas por sus características constructivas.


Según los cálculos del Gobierno aragonés, liberar el peaje de la AP-2 para que el tráfico pesado no circule por el tramo sin desdoblar de la N-II costaría unos veinte millones de euros al año. No obstante, existen fórmulas de liberación parcial que permitirían reducir esa cifra y subvencionar el uso de la autopista.