INFRAESTRUCTURAS

Las oficinas no logran inquilinos y el centro de negocios ni se ha estrenado

El ADIF llegó a 'vender' hace un año la creación de una galería comercial en el vestíbulo de salidas para dar vida a la terminal, pero a estas alturas el proyecto sigue en un cajón.

La estación intermodal de Delicias no solo sufre múltiples deficiencias, sino que está infrautilizada. El gran centro de negocios sigue cerrado a cal y canto porque ni siquiera se ha rematado la obra, mientras el bloque de oficinas que ocupa toda la fachada del vestíbulo de llegadas muestra la misma imagen desoladora. Nadie ha llegado a ocupar uno solo de sus 5.000 metros cuadrados y la sociedad pública Expoagua, que se molestó en visitar las oficinas, las rechazó al considerarlas inadecuadas para trabajar. En la actualidad, los tiradores de las puertas siguen luciendo el plástico protector.

 

Las autoridades vendieron en su día que el centro de negocios tendría un éxito arrollador, ya que la estación se iba a convertir en un punto de encuentro para los ejecutivos del país gracias a la línea del AVE. Nada más lejos de la realidad: el espacio parece escondido, integrado en la fachada del hotel, con grandes vinilos que evitan que se vea que sigue con el acabado de obra, sin vestir.

 

Tampoco hay vida en las cuatro plantas de oficinas del vestíbulo de llegadas, que lucen balcones con vistas a los ajetreados andenes. Ante la falta de inquilinos, los responsables del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) idearon una ambiciosa reforma de usos en la macroterminal: el traslado de las oficinas del personal del ADIF y de Renfe a este bloque desértico, con lo que lograban liberar el vestíbulo de salidas para crear una gran galería comercial. Se lograba así llenar espacios vacíos, generar recursos extra y dar servicio a los viajeros. "Está todo parado. Se dijo que iban a trasladar las oficinas, pero no hay nada de nada. La crisis ha debido influir en el cambio de planes", señalaron ayer fuentes ferroviarias.

 

La dirección del ADIF presentó su proyecto hace un año en la más importante feria turísticas del país, Fitur. El director ejecutivo de estaciones del ente público, Carlos Ventura, explicó a un grupo de empresarios invitados, potenciales arrendatarios, que se pretendía triplicar la superficie comercial hasta alcanzar los 3.000 metros cuadrados. Y apuntó que las obras comenzarían en verano con un coste de dos millones de euros con el objetivo de inaugurarlo para las pasadas Navidades.

 

Las explicaciones de entonces se han tornado en un absoluto silencio oficial. El gabinete de comunicación no da información pese a las reiteradas peticiones de este diario durante los últimos meses.

Poco éxito comercial

El problema es que tampoco se han llenado los que se habilitaron en su día. Tres locales del vestíbulo de salidas, que antes ocupaban las empresas de alquiler de vehículos, están cerrados desde que los arrendatarios se trasladaron al vestíbulo de llegadas. Lo mismo ocurre con un gigantesco espacio comercial situado junto al hotel, que luce una cadena y un candado en sus puertas.

 

Lo que sí funciona es el hotel de cuatro estrellas, Puerta de Zaragoza, que llena sus 256 habitaciones cada vez que hay congresos y ferias en la ciudad. Pero ni siquiera este equipamiento se libra de sorprendentes decisiones, como la que llevó a dejar a medias la piscina, el 'spa' y el gimnasio panorámico del ático, de dos plantas. Y este sector sigue clausurado.