POR LA DEVOLUCIÓN DE LOS BIENES

Las obras aragonesas son "piezas clave" en el Museo de Lérida

Expertos y visitantes admiten que sin el patrimonio del Aragón oriental el discurso museístico cambiaría de forma notableLa exposición permanente exhibe 12 de los 112 bienes, además de otros reclamados por Berbegal, Peralta de Alcofea y Sijena.

Predela con santos. Procede de Monzón. Tiene semejanzas con la obra de P. de Espallargués. Representa a varios santos y data del siglo XVI.
Las obras aragonesas son "piezas clave" en el Museo de Lérida
SERVICIO ESPECIAL

Una docena de las 112 obras de arte religioso en litigio que reclama como propietaria la diócesis de Barbastro-Monzón forman parte de la exposición permanente del Museo Diocesano Comarcal de Lérida, desde su inauguración el 30 de noviembre de 2007. Pero además, se exhiben las piezas que se reclaman desde Berbegal y Peralta de Alcofea así como 15 obras más procedentes del monasterio de Sijena hasta un total de casi treinta. Algunas de estas obras son "clave" en el discurso museístico, según admiten fuentes del espacio que recibe unas 30.000 visitas cada año.

De hecho, ocupan un lugar preferente en el museo. El frontal de Berbegal -que aunque no forma parte de este conflicto también se reclama desde Aragón- recibe al visitante a la entrada de la sala de la planta baja, donde se concentra el núcleo fundamental del museo y todas las piezas procedentes de Aragón. En solo unos pasos, se ve el frontal de San Vicente de Treserra o el frontal de San Hilario de Buira (Bonansa), conservado de una forma especial en un lugar privilegiado en el que completa la representación de un altar. Y desde allí, con solo alzar la vista, ya se ve la arqueta de Buira.

Durante la inauguración del espacio, las autoridades catalanas (puesto que no acudió ningún representante aragonés) pasaron de largo por todas ellas. No obstante, son algunas de las obras "importantes dentro del discurso museístico", según reconocen las mismas fuentes del Museo de Lérida. Por ello, Cataluña defiende su propiedad con el argumento de que pertenecen a una colección, que no puede disgregarse.

De la relevancia de estas piezas en la exposición permanente hablan tanto expertos, como visitantes. Esta misma semana, unas estudiantes leridanas de Historia del Arte que conocen en profundidad el Museo comentaban que "el discurso museológico cambiaría mucho si trasladaran las obras a Aragón porque son piezas importantes". Así lo explicaban Nuria Roca y Alba Ortonobes. En la relevancia de las piezas incidía esta última, que en su día estudió a fondo la pintura de San Juan Bautista de Zaidín, debido precisamente a su calidad.

La visita está planteada de forma cronológica con un paseo por el románico, en el que destacan las citadas piezas. Después, también en un espacio destacado se alza el retablo de San Antonio Abad de Monzón así como el 'Nacimiento y Epifanía' sobre tabla de Binaced, donde sí se detuvieron las autoridades catalanas y los sucesivos obispos de Lérida en la inauguración.

De esa etapa también destacan las tallas de San Martín y la Virgen, procedentes del Monasterio de Villanueva de Sijena. Con piezas del mismo origen, componen después dos áreas temáticas una dedicada a la muerte y otra con otras pinturas góticas e incluso un valioso retablo, ahora en restauración.

Más adelante, entre las 112 piezas en litigio destacan la ya citada de Zaidín, San Martín de Tours de Lascuarre, el Calvario de Tamarite de Litera, el de la Virgen, San Fabián y San Sebastián de Graus, la predela con santos de Monzón, el retablo de San Cristóbal. Hay una sección especial dedicada a Pedro García de Benabarre, que trabajó tanto en localidades aragonesas como en leridanas.

El litigio atrae visitantes

La pieza que no se puede ver es el retablo del Castillo de Benabarre, que se le atribuye a este autor, y que generó una nueva disputa entre el Gobierno de Aragón y la Diputación de Lérida que la adquirió en la subasta de una galería de Barcelona. Según fuentes del Museo de Lérida, primero había que proceder a su restauración y documentación antes de decidir si se añade a la exposición permanente. Aunque el Museo de Lérida no pone ninguna traba a que se fotografíen las piezas en exposición, no permite acceder al almacén donde se encuentran en depósito el resto de las piezas en litigio.

Según fuentes del museo, el conflicto por el arte sacro también atrae visitantes, especialmente cuando aparecen noticias publicadas relativas a los procesos abiertos. Es entonces cuando muchos preguntan cuáles son las piezas que reclama Aragón. No obstante, habitualmente reciben visitas de aragoneses por su proximidad y el vínculo histórico de los habitantes del Aragón oriental con Lérida.