Desde 2008, la emisión de autorizaciones de trabajo para extranjeros se ha reducido de manera drástica en la Comunidad aragonesa. Ese año se aprobaron 27.480 permisos, en 2010 solo fueron 7.798 (un 28% de lo que fue en 2008) y hasta septiembre del año pasado eran solo 6.154.

Bejamín Cabrales es boliviano y vive desde 2005 en Zaragoza. Asegura que el cambio ha sido “muy grande” en los últimos años. Tiene una empresa de venta de alimentos y aunque asegura que no han caído las ventas -porque los extranjeros no pierden poder adquisitivo-, sí se nota una disminución en la variedad de clientes.

“Antes los clientes crecían, los que eran frecuentes traían a España a sus hermanos o familiares, que venían a trabajar. Muchos ahora son residentes y no requieren ya de un permiso, pero sí se ve que no vienen más personas, somos los mismos e incluso hay muchos que se marchan de vuelta a su país”, cuenta Cabrales.

Por provincias, la mayor disminución se ha registrado en Zaragoza, donde se aprobaron 4.797 permisos de trabajo en los primeros nueves meses del año pasado. En 2010, hasta esas fechas la cifra era ligeramente superior, 4.067, pero en 2008 las autorizaciones fueron 19.967. El porcentaje de las solicitudes que se aprueban, es similar al de años anteriores.

Estos datos no incluyen las autorizaciones de trabajo por contingente, es decir, en las que una empresa solicita a una persona concreta. Solo se miden las de los trabajadores que han buscado un empleo en España por cuenta propia o ajena.

La única posibilidad

En Huesca, entre 2008 y 2011, las autorizaciones de trabajo se han reducido en un 75%. De 4.547 se ha pasado a 1.078 en 2010 y 810 en los primeros nueves meses de 2011 (en ese período de 2010, había 768).

Los datos en la provincia de Teruel son parecidos, aunque la tendencia descendente comenzó en 2007. Entonces se aprobaron 5.083 permisos, en 2008 fueron 2.996 y en 2010 se quedaron en 883. En los primeros meses de 2001, fueron menos de 550.

“Muchos han optado por trabajar sin la documentación necesaria, porque creen que es la única forma. Los contratistas, sobre todo los que ofrecen puestos temporales, no disponen de tiempo para esperar y el papeleo pueden durar semanas y meses”, asegura Remi.

Él es senegalés y trabaja en el mundo de la construcción. “Cuando hay una obra, como nos conocemos, nos vamos llamando, si son trabajos pequeños, no nos preocupamos por las autorizaciones”, afirma, aunque los sindicatos advierten que con esas prácticas los inmigrantes se exponen a abusos.  De hecho, hay casi 15.000 inmigrantes que viven sin papeles en Aragón.

Desde SOS Racismo, informan que los abusos a trabajadores extranjeros son una de las causas más comunes por las que reciben quejas. Además, gran parte de las consultas que se gestionan en esa organización tiene que ver con temas laborales.