FORMACIÓN

Las academias son para el verano

La actividad en las academias de formación y en los cursos especializados aumenta cada año en verano, una época ideal para completar currículum de cara a buscar un nuevo empleo.

Inauguración de los cursos de la Universidad de Zaragoza en Jaca este verano
Las academias son para el verano
LAURA ZAMBORAIN

Conscientes de la importancia de ‘hacer currículum’, como se suele decir, cada vez son más los que deciden aprovechar las fechas estivales para completar su formación. Cursos, academias y centros especializados hacen bueno estos días el dicho de ‘hacer el agosto’ y mantienen la actividad educativa en buena parte de la comunidad aragonesa.


«La idea es prepararte bien para poder competir y conseguir un trabajo», señala Cristina Suárez, una de las 1.500 personas que este verano han decidido pasar por los cursos extraordinarios de la Universidad de Zaragoza (UZ). Son cerca de 400 alumnos más que el año pasado, pese a que la oferta se redujo.


«Lo más destacable es el alto nivel de participación, pese a la crisis económica», apunta José Luis Calvo, director de los cursos de verano de la UZ. Hay que tener en cuenta que la mayoría de ellos se realizan en lugares alejados de la capital aragonesa –«la idea es ayudar a vertebrar el territorio de la comunidad», aclara Calvo-, lo que supone reservar alojamientos y comidas, y el consiguiente encarecimiento del precio final del curso.


En total, la universidad ofrece este año un total de 56 programas monográficos en localidades como Grañén, Ansó, Ainsa, Alcañiz, Calatayud, o Jaca, y a los que asisten alumnos de todo el país, e incluso un 20% son extranjeros.


«Estamos satisfechos con los cursos, pero siempre hay mejoras por hacer. Al año que viene, por ejemplo, queremos que todos los créditos que se otorgan sean compatibles con el nuevo espacio europeo», comenta Calvo.

Con la vista puesta en los exámenes de septiembre

Quizá no tan lúdicas, pero igual de necesarias que los cursos de verano son las clases de apoyo que reciben por estas fechas miles de jóvenes aragoneses. Los exámenes de septiembre –incluida la convocatoria de selectividad- están a la vuelta de la esquina, y la academias privadas son una de las opciones más eficaces.


«Planteamos las clases dirigidas a preparar bien los exámenes, y de casi cualquier tipo de materia», comenta David Ariño, director de la academia Piquer de Zaragoza, que recibe en sus aulas a cerca de 300 alumnos.


Según el responsable de este centro, «la coyuntura económica afecta, no tanto al número de alumnos, como al número de horas». Se contratan menos horas, pero «los padres, en lo que menos recortan es en la educación de sus hijos», aclara.


Es más, asegura que hay padres que este año se han quedado sin vacaciones para pagar a los hijos su estancia en el Colegio de Verano, una iniciativa en forma de internado por la que pasan 200 alumnos cada año y de gran exigencia para los chavales, que tienen hasta diez horas de trabajo al día.

El ‘negocio’ de las clases particulares

Pero recibir formación de refuerzo en verano no implica necesariamente acudir a un aula. Según un estudio realizado en los primeros compases de la crisis económica, en Aragón se mueven al año 18 millones de euros en dinero negro en el negocio de las clases particulares.


Una actividad muy frecuente en la comunidad, que afecta directamente a la salud de las academias privadas, pero que supone una solución rentable tanto para los alumnos, como para los ‘profesores’. «Para mí es un ingreso extra que me permite ir pagando la universidad», reconoce Miriam P., una joven que cursa Económicas en Zaragoza y que aprovecha el verano para dar clases particulares de inglés y matemáticas.


Precisamente, las dos asignaturas más demandadas por los padres a la hora de contratar a un profesor que vaya a su propia casa a ayudar a sus hijos a mejorar su nivel de estudios, de cara a iniciar el nuevo curso en septiembre con la mejor preparación.