AGUA

La reserva de los embalses catalanes ha aumentado 35 hectómetros en cuarenta días

Las lluvias y el deshielo ya han aportado al sistema Ter-Llobregat casi la misma cantidad de agua que se pretende detraer del Ebro. Los pantanos todavía no han recogido las últimas precipitaciones.

Las lluvias y el deshielo están convirtiendo la supuesta "urgente necesidad" en que se basa el decreto-ley del trasvase a Barcelona en un mero pretexto para llevar a cabo una obra hidráulica multimillonaria en tiempo récord. Las reservas de los embalses del sistema Ter-Llobregat han crecido desde el uno de abril en 35 hectómetros cúbicos, la misma cantidad de agua que se pretende trasvasar desde el Ebro a la Ciudad Condal.


El primero de abril, los cinco embalses que abastecen al área metropolitana de la capital catalana (Sau, Susqueda, Baells, Llosa del Cavall y Sant Ponç) tenían una reserva conjunta de 125,29 hectómetros cúbicos, lo que suponía el 20,46% de la capacidad total. Por lo tanto, estaban a cuatro décimas de entrar en la fase de emergencia.


Ayer, esos cinco pantanos catalanes represaban 160,5 hectómetros cúbicos, lo que representa el 26,22% de su capacidad conjunta máxima. Con ese volumen, el sistema se aleja de la situación de emergencia e incluso supera el escalón siguiente, el de excepcionalidad (cifrado entre 123 y 142 hectómetros cúbicos), para pasar a estar en alerta.


Las lluvias ya dieron un primer respiro a las reservas de las cuencas internas de Cataluña a finales del mes pasado. En apenas cuatro días, entre el 20 y el 24 de abril, el volumen de agua embalsada subió más de ocho hectómetros cúbicos, cuando en los veinte días anteriores la ganancia había sido de diez.


En lo que se llevaba de mayo, las aportaciones estaban siendo escasas y procedían, sobre todo, del deshielo. Sin embargo, las fuertes tormentas registradas este fin de semana han cambiado nuevamente el panorama. El viernes, la reserva estaba en 156,51 hectómetros cúbicos y el domingo había subido hasta los 160,55.


En los próximos días, el aumento será, previsiblemente, aún mayor, ya que los embalses tardan dos o tres días en recoger el agua de las lluvias y ayer fue el día que más precipitaciones se han registrado en las zonas donde están ubicados los embalses.


Desde diversas instancias catalanas, incluida la consejería de Medio Ambiente, se ha dicho que la obra del trasvase se hará a pesar de las lluvias, pero el decreto ley cita la "urgente necesidad" como requisito indispensable.