HISTORIA

La rebelión más corta que abrió la II República

Jaca se despertó hace 80 años, el 12 de diciembre de 1930, con la sublevación de los capitanes Galán y García Hernández, con 700 soldados. El alzamiento se frenó en Ayerbe y, dos días después, los oficiales fueron fusilados en Huesca. Los hechos se recuerdan hoy con un homenaje.

El capitán Fermín Galán.
La rebelión más corta que abrió la II República
HERALDO

Antonio Machado lo cantó: "La primavera ha venido del brazo de un capitán. Niñas, cantad a coro: ¡Viva Fermín Galán!". Los versos del poeta andaluz sirvieron a su colega gaditano Rafael Alberti para el inicio de una obra de teatro propagandista en homenaje a los sublevados de Jaca. Un romance se dedicó al militar que todo el mundo se sabía y hasta se grabó la película 'Fermín Galán', que dirigió Fernando Roldán, para revivir los hechos, aunque la cinta ya no existe. Estos detalles explican que la sublevación de Jaca y el fusilamiento de los dos capitanes Fermín Galán y Ángel García Hernández, a los dos días, aceleraron la llegada de la Segunda República en las elecciones, cuatro meses después, el 14 de abril de 1931.


Hoy se cumple el 80 aniversario del fugaz sueño del capitán Fermín Galán, un gaditano que se forjó en la guerra de Africa y llevaba cuatro meses en Jaca, donde convenció a varios oficiales, 700 militares y ciudadanos jacetanos para el amotinamiento. Varios círculos republicanos del Alto Aragón van a revivir el viaje que hicieron los sublevados desde Jaca a Huesca para homenajearlos. Está prevista una visita guiada en la capital jacetana por los lugares de la sublevación, una parada en Ayerbe para leer el manifiesto de Galán, una concentración en la plaza de Navarra de Huesca, donde acudirán al cementerio para honrarlos y se celebrará un concierto.


El "disparate" del fusilamiento


"Azaña dijo que la Monarquía cometió el disparate de fusilar a los capitanes al no conceder su indulto porque influyó después en la caída del trono en la primavera. La responsabilidad no habría caído sobre Alfonso XIII. Lo dijo cuando decidían si ellos fusilaban a Sanjurjo (tras el alzamiento de 1932) y no quería volver a equivocarse para crear mártires", rememora Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza.


En su opinión, la insurrección montada desde Jaca "no tenía ninguna posibilidad de triunfar porque no tenía capacidad de movilización en las ciudades". Pero cuando la historia no cumple los objetivos marcados, su muerte rápida generó "otros beneficios" para que "el cuerpo político acelerara la caída de la Monarquía en unas elecciones que la legitimaron". Los tres escalones de la sublevación (el Comité Revolucionario de San Sebastián integrado por los partidos republicanos, un Comité Militar conectado con comités de soldados y la participación civil) no se cumplieron.


Ya lo había predicho el filósofo José Ortega y Gasset un mes antes de la sublevación de Jaca en su famoso artículo 'El error Berenguer' publicado en el diario 'El Sol', donde señaló que había que demoler la Monarquía ("Delenda est monarchia"). El general Dámaso Belenguer descubrió que los partidos antimonárquicos del Pacto de San Sebastián iban a provocar un levantamiento en diciembre, pero nunca supo que el militar Fermín Galán iba a remover el Ejército desde el Pirineo. En Zaragoza se provocó una huelga general durante cuatro días, pero las tropas de la Brigada de Castillejos que se desplazaron a la provincia de Huesca frenaron las dos columnas del alzamiento entre Ayerbe y la ermita de Cillas.


El último sublevado vivo


Antonio Molés Ariño, el último protagonista de la sublevación de Jaca a sus 102 años, no puede hacer el recorrido desde la capital de la Jacetania hasta Huesca para revivir ese 12 de diciembre de 1930. En realidad casi como le pasó aquella mañana porque estaba haciendo la mili en la tercera compañía de La Palma y se levantó de la cama con la sublevación. No bajó hacia Ayerbe sino que se quedó en Jaca para vigilar a un grupo de guardias civiles, como otro centenar de soldados.


Su hijo Antonio hará hoy ese camino porque el padre ha ido contándole la historia que le marcó. "¿Por qué tardó tanto este homenaje?", lamentó el centenario. El viernes asistieron a la creación del centro republicano en Binéfar con la función de 'La sublevación de Jaca' de los Titiriteros de Binéfar.


Los capitanes Mendoza y Sediles, destinados en La Palma con Antonio Molés, no cayeron en el juicio celebrado en el cuartel de Huesca, ante el general Francisco Franco. Los oficiales fueron indultados en marzo, aunque ya era tarde para salvar la Monarquía. Otros civiles como Antonio Beltrán, 'el Esquinazau', que fue chófer de Galán y García Hernández, fue condenado a muerte, pero su pena no se aplicó. Y el dibujante anarquista Ramón Acín, el oscense amigo de Fermín Galán y miembro de la misma logia masónica, se escapó. Faltaba menos para abrir la Segunda República.