EMPLEO PÚBLICO

La oposición más competida

Ayer comenzó una de las oposiciones más disputadas de las celebradas en Aragón. La DGA oferta 18 plazas de auxiliar administrativo a las que optaron más de 7.000 aspirantes, aunque parte de ellos no se presentó

Los opositores, a las puertas de varias aulas de la Facultad de Derecho de Zaragoza.
La oposición más competida
JOSé MIGUEL MARCO

Varios miles de personas se presentaron ayer en las tres capitales aragonesas a una oposición convocada por la DGA para adjudicar 18 plazas de auxiliar administrativo. Aunque parte de los inscritos no llegaron a hacer la primera prueba, oficialmente la convocatoria contaba con 7.259 aspirantes, lo que la convierte en una de las ofertas de empleo público más concurridas de las celebradas en la Comunidad y, sobre todo, en una de las más competidas -se oferta un único puesto de trabajo por cada 403 candidatos-. La crisis económica se deja sentir, y para muchos desempleados las oposiciones son la única salida.

La cita era a las 10.00 en la Escuela Universitaria Politécnica y la Facultad de Ciencias Sociales de Teruel; en el instituto Pirámide de Huesca; y en las facultades de Derecho y Ciencias de Zaragoza. Media hora antes, cientos de personas ya se agolpaban a la entrada de esos edificios esperando a que se abrieran las puertas.

Algunos aprovechaban para dar un último repaso a una parte concreta del temario. Otros se despedían de sus familiares o parejas, que les deseaban suerte tratando de infundirles ánimos. Y aunque todos sabían lo caro que va a estar el puesto, muy pocos caían en el desánimo.

"El 'no' ya lo tenemos, así que no perdemos nada. Además, no se trata solo de conseguir la plaza, también es importante aprobar y entrar en listas", explicaba en el campus de Zaragoza María Jesús Lajusticia, una vecina de Ambel de 38 años que se iba a presentar a su quinta oposición. A pesar de que tiene dos hijos y trabaja como administrativa eventual para el Ayuntamiento de su pueblo, Lajusticia lleva casi una década intentando ser funcionaria.

Junto a ella, una vecina de Bulbuente de 37 años y con otros dos hijos, Elena Chena, contaba por qué ella también se prepara "a tope" para obtener una plaza en propiedad. "Trabajo para la comarca del Campo de Borja, pero ser funcionaria da mucha más seguridad -comentaba-. Conseguirlo es difícil, pero al menos aquí te valoran por ti mismo y no dependes de nada más, no como en otros sitios".

Muchos, a espaldas de su jefe

Mientras los aspirantes iban entrando a las aulas en las que se desarrollaron las pruebas -11 solo en la Facultad de Derecho-, era fácil encontrar candidatos que habían preparado la oposición sin comentar nada en el trabajo. "Te cuento lo que quieras pero sin darte mi nombre, que mi jefe no sabe nada de esto", decían. Dentro de lo que cabe, eran afortunados, porque en estos tiempos de crisis las oposiciones están todavía más llenas de desempleados.

"Trabajé en una carpintería, pero estoy en el paro desde hace un año y medio -explicaba José María Olona, un zaragozano de 36 años-. Quedarme sin empleo me animó a opositar, pero yo había estudiado Derecho y siempre tuve claro que quería entrar en la administración". Olona reconocía que tenía "pocas opciones" de conseguir la plaza, pero aseguraba estar convencido de poder lograrla. "Si no, no me presentaría -decía-. Somos muchos y es mi primera oposición, pero por intentarlo que no quede".

En el paro también está Cristina García Val, otra zaragozana de 29 años que trabajó de administrativa hasta hace algo más de un año y que desde entonces se ha presentado a varias oposiciones. "Me da igual que haya 400 aspirantes por cada plaza -señalaba esta joven-. No sé ni cuantas horas he metido estudiando y ni siquiera pienso en eso".

"Es verdad que son malos tiempos para opositar, las administraciones sacan muy pocas plazas porque no tienen dinero y somos muchos los que nos presentamos, pero nunca se sabe quién tiene posibilidades -comentaba por su parte Tomás Moreno Marín, otro licenciado en Derecho que primero lo intentó con unas oposiciones estatales y ahora se presenta a las de la DGA porque tienen un temario parecido-. Llevo dos años estudiando un mínimo de ocho horas al día y cogiéndome muy pocos fines de semana libre, pero a quien algo quiere algo le cuesta".

Nervios entre los allegados

Los nervios también se dejaban sentir entre los allegados de los candidatos, que sufren con ellos la tensión de preparar las pruebas. "Eso es convivir -recordaba Juan Carlos Bascón, un funcionario autonómico de 45 años que acudió al campus a despedir a su pareja-. Yo también estoy preparando una oposición interna y no puedo ayudarle mucho, pero si me la saco ya me he ofrecido a ser su preparador... a ver si hay suerte".