RESCATE EN EL PIRINEO

La montañera rescatada en Ordesa sobrevivió filtrando el agua con un pañuelo de papel

Teresa Bordais en una foto familiar durante una excursión por el monte
La montañera rescatada en Ordesa sobrevivió filtrando el agua con un pañuelo de papel
M. BORDAIS

"Éramos un grupo de 14 personas. Buscábamos una senda que habíamos realizado hace unos años, pero no la encontrábamos y decidimos volver sobre nuestros pasos. Entonces cometí un error, los dejé e intenté adelantarme". Así relató ayer Teresa Bordais al periódico francés 'Le Telegramme' el momento de su desaparición el pasado 26 de junio. La mujer fue localizada sana y salva después de haber permanecido once días perdida en el Parque Nacional de Ordesa. Ha sido una semana y media en la que ha tenido en vilo a los equipos de rescate de montaña de la Guardia Civil, quienes se sorprendieron y emocionaron cuando por suerte, aunque una fortuna muy trabajada, la localizaron en el barranco La Pardina de Añisclo, a unas cuatro horas andando del lugar donde fue vista por última vez.


Teresa Bordais relató que el día de su desaparición caminó durante horas, hasta que la noche comenzó a caer y "comprendí que iba a pasarla allí, al raso". Cuando intentaba buscar un lugar llano para dormir, resbaló por la pendiente. "Pasé la noche sobre hojas y al día siguiente intenté de nuevo subir para encontrar la senda, pero fue imposible". Por eso decidió volver a bajar hasta el arroyo, donde tenía agua y allí esperó. "Aunque creí -aseguró al diario francés- que esto no iba a durar tanto tiempo".


Durante los once días se ha alimentado, según comentó a algunas de las personas que la atendieron el martes, las hojas que cogían los pájaros. Por eso ayer, la primera comida caliente de Teresa Bordais, aunque fuera en el hospital San Jorge de Huesca donde se recupea, fue especial. "El pollo que he tomado me ha sabido a gloria", confesó a la delegada consular francesa en la capital oscense, Jaqueline Ariño, quien la visitó y está pendiente de atender todas sus necesidades y de realizar los trámites necesarios hasta que llegue su familia. "La he encontrado mucho mejor. Tiene las mejillas sonrosadas y el brillo ha vuelto a sus ojos, aunque necesita descansar", comentó a su salida del centro sanitario. A ella le informó de que el agua la obtenía del arroyo, pero que "la filtraba con un pañuelito de papel. Sabía que si cogía una gastroenteritis, podía deshidratarme, y entonces tendría muy pocas probabilidades de sobrevivir".


Un récord de supervivencia


Pero contra todo pronóstico, Teresa consiguió sobrevivir y marcar todo un récord de supervivencia en la montaña. "Nunca habíamos tenido a una persona tantos días perdida en el monte en condiciones extremas y la hemos encontrado viva", relató el sargento Miguel Domínguez, quien junto al capitán Pedro Garijo, jefe de los equipos de montaña en la provincia, y el teniente y piloto de helicóptero José María Barranco, dieron a conocer los detalles del operativo que han mantenido todos y cada uno de los once días en los que estuvo perdida.


La mujer, junto a su marido y doce compatriotas más partieron el 26 de junio de Nerín con la intención de hacer una ruta circular. Subieron en un autobús del parque hasta el Refugio de Arenas. A partir de ahí, siguieron a pie por el collado hasta el cauce de Capradiza, por donde pretendían llegar al Cañón de Añisclo y descender hasta el refugio de San Urbez, muy cerca de donde habían salido. Pero en el primer barranco perdieron la pista de Teresa Bordais.


Después de once intensos días de rastreo, el martes a las 16.00 la localizaron. Y es como distracción realizó pequeñas anotaciones. "Hoy he visto el helicóptero", "escucho el aparato, pero no lo veo", "lo oigo muy lejos" son algunas de las pocas frases que esta francesa de 62 años escribió. Y como rutina, confesó al periódico galo, cada mañana tendía sus prendas en un pequeño claro, para ver si el helicóptero que muchos días podía oír a lo lejos la localizaba. Fue precisamente una camiseta roja extendida sobre una piedra lo que permitió avistarla la tarde del pasado martes.


Incrédulos, reconocieron los agentes, se acercaron. La sorpresa para ellos, explicaron, fue mayúscula cuando vieron que era de la mujer y que esta estaba viva. Garijo explicó que la habilidad del piloto del helicóptero fue clave para rescatarla del encañonado cauce, algo de lo que ella, según explicó al periódico francés, tiene vagos recuerdos.


Un "gracias" al subir al helicóptero fue lo único que pudo articular Teresa, tal vez, tan incrédula como el resto de haber sido encontrada con vida. Aunque ella siempre confió y rezó "mucho", dijo a la delegada del consulado, para que este final feliz fuera posible.