AGUA

La mejora de los embalses de Barcelona reduce a 4 meses la fase de posibles restricciones

Los pantanos del sistema Ter-Llobregat, que abastecen a la región metropolitana, han ganado otros ocho hectómetros en cuatro días.

Los embalses que abastecen a la región metropolitana de Barcelona siguen recuperando lentamente sus reservas. Aunque en la Generalitat y el Ministerio de Medio Ambiente nadie parece contar con ello pese a ser la solución natural y lógica al problema de la sequía, la evolución de los cinco grandes pantanos del sistema Ter-Llobregat hace que el trasvase del Ebro acordado unilateralmente por el Gobierno central y el catalán sea aún más irracional cada día que pasa.


En menos de una semana, esos cinco embalses han ganado otros ocho hectómetros cúbicos. La cantidad es muy pequeña si se tiene en cuenta su capacidad total. Sin embargo, ha servido para que la amenaza de los cortes de agua en Barcelona y su entorno se retrase otros dos meses, aproximadamente hasta enero del año que viene.


Teniendo en cuenta que la Generalitat y el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero esperan que la nueva desaladora de El Prat entre en servicio en mayo, la mejora de los pantanos del Ter y del Llobregat ha supuesto que la fase de posibles restricciones quede reducida a solo cuatro meses.


En principio, y así quedó reflejado en el real decreto-ley aprobado por el Consejo de Ministros, el periodo de hipotéticos cortes de agua iba a durar ocho meses, de octubre de este año a mayo de 2009. Sin embargo, esa previsión se basaba en la situación que presentaban los embalses hace unas semanas.


Evolución en abril


El pasado 1 de abril, los cinco grandes pantanos del sistema Ter-Llobregat (Sau, Susqueda, La Baells, La Llosa del Cavall y Sant Ponç) se encontraban al 20,4% de su capacidad conjunta con un total de 125,2 hectómetros cúbicos. Eso significaba que estaban a solo cuatro décimas porcentuales de entrar en situación de emergencia por sequía -el umbral se sitúa en el 20%-.


No obstante, las lluvias caídas desde esa fecha, unidas al deshielo de la escasa nieve acumulada en las montañas, han permitido que esas cifras hayan mejorado ligeramente conforme pasaban las semanas. El pasado lunes, 21 de abril, esos mismos embalses estaban al 22,1% con 135 hectómetros, 10 más que a principios de mes.


Tal y como recogió el pasado lunes El Periódico de Cataluña citando fuentes de la Consejería catalana de Medio Ambiente, ese aumento permitió aplazar hasta diciembre la fase de posibles cortes en el suministro a Barcelona. Sin embargo, en solo cuatro días esos nuevos plazos han vuelto a quedarse obsoletos. Los pantanos del Ter-Llobregat han recuperado otros 8 hectómetros, lo que permite volver a retrasar el inicio de las hipotéticas restricciones hasta enero de 2009.


Además, para este fin de semana se anuncian lluvias en Cataluña, lo que unido al deshielo y a la época del año -mayo suele ser un mes lluvioso- permite ser optimista y vaticinar que los pantanos van a seguir recuperándose.


Ayer, el consejero catalán de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, tuvo que reconocer que las precipitaciones de la última semana han vuelto ha retrasar del 1 al 15 de mayo la previsión de entrada en fase de emergencia por sequía de las cuencas internas de Cataluña -que están al 23,8% de su capacidad-. Baltasar destacó que abril, por primera vez en once meses, ha conseguido romper la tendencia decreciente de las reservas. Pese a todo, insistió en la necesidad de tomar medidas para evitar cortes en el suministro después del verano.


Barcos desde el 15 de mayo


En este sentido, el consejero anunció que la Generalitat ya dispone de seis barcos que transportarán agua desde Tarragona y Marsella a partir del 15 de mayo, lo que aportará 2,6 hectómetros mensuales para la región metropolitana de Barcelona.


Los embalses del sistema Ter-Llobregat aportan aproximadamente el 75% de los caudales que consumen la ciudad y su entorno. El resto proviene de acuíferos y de otras fuentes de suministro como las desaladoras o los barcos. El objetivo de la Generalitat es reducir la dependencia de los pantanos al 50%, pero tanto el Ejecutivo catalán como el central siguen empeñados en hacer un trasvase desde el Ebro que va a costar 180 millones de euros y que actualmente serviría para evitar las hipotéticas restricciones durante apenas cuatro meses.


Si ambos gobiernos siguen empeñadas en llevar a cabo el proyecto sin esperar ni siquiera a ver cómo evolucionan los embalses en mayo, podría darse el caso de que se inviertan 180 millones en un trasvase totalmente innecesario o que solo sirva para evitar unas semanas de cortes de agua.