INMEDIACIONES DEL EBRO

La Laguna Salada de Chiprana empeora su estado y la de la Estanca mejora

La Laguna Salada de Chiprana en Zaragoza ha empeorado su estado en los últimos cuatro años mientras que la de la Estanca, en la misma provincia, y el Lago Arreo, situado al sur de Álava, han experimentado una clara mejoría.

El informe sobre el estado de hasta 61 lagos de la Cuenca para el periodo 2007-2010, que ha hecho público la Confederación Hidrográfica del Ebro, concluye que durante esos cuatro años el 57 por ciento de las masas de agua muestreadas han presentado siempre un "estado entre bueno y muy bueno".


Mientras que un 20 por ciento, en total doce lagos, han registrado puntualmente (sólo en uno de los muestreos realizados) estados ecológicos inferiores a bueno.


En este periodo de cuatro años sólo un lago se ha considerado con una "clara tendencia al empeoramiento", se trata de la Laguna Salada de Chiprana (Zaragoza).


En principio, según la CHE, la elevada salinidad no permite la presencia de muchas especies lo que puede afectar a su evaluación a través de indicadores biológicos.


Por su parte, en el grupo de lagos con una "clara mejoría" se encuentran el Lago Arreo (País Vasco) y sobre todo, la Laguna de la Estanca (Zaragoza), que de estado "deficiente" en 2007 ha pasado a "muy bueno" en 2010, principalmente por una mejora en la presencia de fauna.


El informe sobre el estado de los lagos de la cuenca, la propuesta de medidas correctoras y las conclusiones se encuentran disponibles en la web de la CHE, que ha realizado el estudio como un complemento a los trabajos que llevan a cabo en esta demarcación para la implantación de la Directiva Marco del Agua.


Su objetivo es establecer referencias para determinar el estado de estas masas de agua y fijar así prioridades de seguimiento y de aplicación de medidas, ha agregado la Confederación.


Durante estos cuatro años, en los que se ha comprobado la evolución del estado general de los lagos, se han publicado informes parciales anuales, que definían tendencias.


En total, con diferentes periodicidades según las necesidades y por lo establecido en la metodología del estudio, se han analizado hasta 61 lagos en toda la cuenca en los que, de forma genérica, se ha considerado una tendencia positiva.


En las últimas compilaciones de datos, en 2009 y 2010, se concluye que entre un 76 y un 80 por ciento de los lagos presenta un estado ecológico "bueno o muy bueno", frente a los de 2007 y 2008, en los que la cifra se quedaba entre un 74 y un 75 por ciento.


Respecto a los lagos que presentan un estado moderado, o de forma puntual entre deficiente y malo, se considera que el principal problema es la presencia de nutrientes por la contaminación difusa.


Otra cuestión que destaca la CHE es la presencia de determinado tipo de fauna, como las carpas, ya que este tipo de peces puede reducir la diversidad de vegetación sumergida.


En algunos casos, los niveles de algunos indicadores también pueden ser naturales, no relacionados con presiones, en los que influye la variación interanual natural de los lagos (años más secos, lluviosos o fríos), lo que puede modificar los valores de referencia para una masa de agua.


Entre las conclusiones del estudio se incluye el seguir analizando y estudiando en los que se hayan detectado más problemas o aquellos que han tenido más variaciones en su estado ecológico durante estos cuatro años, para mantener las comprobaciones.


En la evaluación del estado se han tomado como referencia los indicadores de calidad propuestos por la Directiva Marco del Agua, como elementos biológicos (fitoplancton, otra flora acuática y fauna bentónica de invertebrados), hidromorfológicos (régimen hidrológico y condiciones morfológicas) y fisicoquímicos (condiciones térmicas, transparencia, oxigenación, salinidad, estado de acidificación y nutrientes).


Para realizar los seguimientos y establecer unas referencias se clasifican quince tipos de lagos. En general los que mejores estados ecológicos presentan son los lagos de alta montaña y los peor conservados son los denominados interiores en cuencas de sedimentación.