FUERZAS ARMADAS

La crisis multiplica los alistamientos en el Ejército, y las solicitudes superan ya el total de 2007

El centro de reclutamiento de Zaragoza recibe cada día una veintena de aspirantes, y las cifras han repuntado tras el verano.

1.040 euros brutos al mes, con dos pagas extra al año, pueden no ser el salario soñado. Sin embargo, el fantasma de la crisis ha multiplicado el número de aspirantes a esta nómina. Se trata del primer sueldo que cobran los soldados recién incorporados a las Fuerzas Armadas, un trabajo en el que se están refugiando muchos jóvenes aragoneses para tratar de capear el temporal. En los tres primeros trimestres del año, el centro de reclutamiento de Zaragoza ha tramitado más de un millar de solicitudes, lo que significa que ya se ha superado el total de inscripciones de 2007.


Lejos parecen haber quedado los tiempos de Eduardo Serra en el Ministerio de Defensa, cuando el déficit de aspirantes obligó a rebajar el coeficiente intelectual de quienes se enrolaban en las Fuerzas Armadas. Con el certificado de escolaridad solo se puede optar ahora a unas pocas unidades del Ejército de Tierra. Para el resto de destinos, como mínimo, se precisa haber obtenido el graduado escolar o tener aprobado el segundo curso de Enseñanza Secundaria Obligatoria. Como reconocen los responsables del reclutamiento, "ahora ya se puede elegir".


El interés de muchos jóvenes por vestirse de uniforme volvió a quedar patente ayer, en el acto de asignación de plazas celebrado en Zaragoza. Se adjudicaron 1.189 destinos, pero el número de candidatos ascendía a 2.754, lo que significa que se quedaron fuera más aspirantes de los que entraron. Algo impensable hace algunos años, cuando la bonanza económica minaba las vocaciones militares. La mayor oferta de plazas de este noveno ciclo (se hacen once adjudicaciones o ciclos a lo largo del año) correspondía a la Infantería Ligera, con 415. Las más escasas fueron las de Caballería en la Guardia Real, con tan solo cinco destinos.


Los exámenes son diarios


"Cada día recibimos a entre 15 y 20 personas en el centro de reclutamiento de San Fernando", explicaba ayer el coronel Carlos Pereyra, delegado de Defensa en Aragón. "En una mañana -añadía-, se someten al reconocimiento médico, a las pruebas físicas y a las de evaluación psicológica". El proceso concluye con la entrevista personal con el psicólogo, que asesora al candidato sobre las plazas que más se ajustan a su perfil.


Según las estadísticas que maneja la Subdirección General de Reclutamiento, el porcentaje de excluidos en el reconocimiento médico es del 19% y en las pruebas físicas, del 4%. Todos los aspirantes deben completar un circuito que incluye salto de longitud, abdominales, flexo-extensiones de brazo y carrera. Aunque varían en función del destino pretendido, las marcas mínimas exigidas no son muy altas: en longitud, 145 cm para los hombres y 121 para las mujeres; abdominales, 15 y 10; flexo-extensiones, 4 y 3; la carrera se mide por periodos, y se piden 5 a los hombres y 3,5 a las mujeres.


El cupo de extranjeros, limitado


La lista de aspirantes incluye cada día más nombres de extranjeros, aunque el cupo reservado a quienes no tienen la nacionalidad española es limitado. De hecho, del total de plazas que se asignaron ayer, solo 84 estaban a disposición de personas nacidas fuera de nuestro país. Los convenios actuales permiten alistarse en las Fuerzas Armadas Españolas a inmigrantes de 18 países sudamericanos y a los súbditos de Guinea Ecuatorial.


De 18 a 61 años



El acceso al ejército profesional está restringido a personas de entre 18 y 27 años, aunque se está pensando ampliar la entrada hasta los 29. "Se firma un primer compromiso de permanencia de dos o tres años, y cuando concluye se puede renovar hasta los 61", explicaba ayer el delegado de Defensa. Existe también la posibilidad de pasar a la reserva de especial disponibilidad a los 45 años, lo que permite cobrar unos 600 euros mensuales e incorporarse al mercado laboral.


Aunque existe un salario base, los sueldos de quienes acceden al Ejército varían en función de la especialidad asignada. La Unidad Militar de Emergencias es uno de los destinos mejor pagados, junto a cuerpos técnicos en los que la exigencia académica es mayor.