La cifra de arquitectos en paro en Aragón se multiplica por 30 en solo cuatro años

La cifra de arquitectos en paro en Aragón se ha multiplicado por 30 en solo cuatro años. El cóctel que está haciendo mella en una de las profesiones con más prestigio tiene varios ingredientes: la crisis (feroz en un sector tan ligado a la construcción), la falta de liquidez de las administraciones públicas y, según los propios afectados, las condiciones de precariedad y subempleo a la sombra de las que han crecido muchos despachos. A esto se añade un exceso de titulados. En los años 90, había en España 9 escuelas de arquitectura y unos 18.885 profesionales en activo, ( 0,4 por cada mil habitantes). En 2009, eran ya 31 escuelas -dos de ellas en Aragón, en la Universidad de Zaragoza y en la San Jorge- y 49.795 arquitectos (1,15 por cada mil habitantes), de los que un 7% están en paro.

La tónica no es distinta en la comunidad. Según el Instituto Aragonés de Estadística (Iaest), en mayo del año 2007 estaban en paro 9 profesionales, entre arquitectos superiores (1), paisajistas (0) y técnicos (8), tradicionalmente llamados aparejadores. En el mismo mes de 2011, la cifra, sumándolos todos, ascendía a 264 (56 superiores, 1 paisajista y 207 aparejadores). Es decir, los desempleados se multiplicaron por 30.

Otros datos completan la fotografía. Según el Ministerio de Fomento, los visados de obra nueva (tanto de uso residencial como no residencial) en Aragón fueron 1.180 en 2010. Muchos menos que los más de 5.000 que se alcanzaban anualmente entre el 2000 y el 2005, o de los más de 3.000 con los que se cerró el 2007. La estadística ratifica el sentir de muchos, que vieron cómo los proyectos se agolpaban en las mesas hace una década y cómo dejaron de llegar hace pocos años. La inversión en cemento también ha caído en picado. En el año 2007, en España se consumían casi 56.000 toneladas al año. El 2010 se cerró con 24.436. Y gracias.

Falsos autónomos

Con este panorama, muchos despachos han sufrido una forzosa diezma de trabajadores. Además, es difícil encontrar a gente en plantilla, y proliferan los «falsos autónomos», figura que es utilizada para emplear a trabajadores por cuenta ajena bajo el contrato de autónomo. Son profesionales cuyo horario es marcado por la empresa, tienen una retribución fija, no gozan de autonomía para organizar su trabajo y no utilizan medios propios. Pero cuando son despedidos no tienen indemnización y tampoco están sujetos a un régimen reglado de vacaciones. «Pagamos años de informalidad contractual y subempleo -asegura Ignacio Bisbal, secretario general del sindicato de arquitectos-. Habría que estudiar cómo pudieron algunos despachos hacer frente a obras importantísimas con una plantilla ridícula. En los años del 'boom' se pedía a los profesionales que se hicieran autónomos. Luego vino lo actual que, sumado a la explosión de graduados, se materializa en fuga de cerebros, paro o trabajos por debajo de titulación», aclara.

Una encuesta del sindicato cifraba en 16.200 euros el salario medio de estos profesionales y aseguraba que menos de la mitad (un 48,5%) estaban en activo y satisfechos con su empleo. Otro 32,4% estaba en paro y un 14,3% creían estar trabajando por debajo de su formación. Los autónomos son mayoría y otro 45% no tiene convenio laboral. Además, un 73% aseguraron que se plantearían dejar España para mejorar su situación rumbo a Alemania o Inglaterra.