PARA MINIMIZAR LOS DAÑOS

La CHE propone inundar los campos de forma controlada en las grandes riadas

Las motas dejan de ser efectivas en avenidas como la de 2003, por lo que la Confederación apuesta por una red de compuertas que permita abrir las defensas en esas circunstancias

La Confederación Hidrográfica del Ebro sigue buscando soluciones al problema de las riadas en los municipios zaragozanos situados a la orilla del Ebro. El organismo de cuenca ya ha consensuado que en aquellos tramos urbanos especialmente amenazados por las inundaciones se van a hacer desvíos parciales del río que bajen el nivel de las aguas, y ahora propone que durante las grandes avenidas los campos puedan inundarse de forma controlada para minimizar los daños en los cultivos y en las infraestructuras agrícolas.


Para lograrlo, la CHE apuesta por dotar a las motas de un sistema de compuertas que permita abrir las defensas cuando las previsiones indiquen que la riada va a saltar por encima de los dique ocurra lo que ocurra. "La clave es que la inundación se produzca de forma lenta y controlada, porque los agricultores saben muy bien que los daños no los provoca el agua, sino la erosión que genera su velocidad", explicó ayer el presidente de la Confederación, José Luis Alonso.


Alonso destacó que esta solución no implica anegar terrenos agrícolas para salvar los municipios situados aguas abajo. "No hablamos de eso porque la inundación solo se producirá cuando los datos nos digan que la riada va a superar las defensas de todos modos", insistió.


Segundo cordón de protección


Además, para minimizar las afecciones en los campos de las inundaciones -sean controladas o no-, la CHE está estudiando otra propuesta que consistiría en crear un segundo cordón de protección que frene el avance de las aguas. "Bastaría con hacer un pequeña barrera que sirva para que las avenidas de un periodo de retorno de hasta 25 años se queden dentro de los límites de inundación de las de 10 años -aclaró Alonso-. Se seguiría la topografía del terreno aprovechando caminos, acequias u otros elementos que estén elevados".


Ambas propuestas -la inundación controlada de los campos y la creación de un segundo cordón de protección- se aplicarán experimentalmente en dos tramos no urbanos del Ebro y han sido planteadas por los técnicos que forman parte de la comisión encargada de buscar soluciones al problema de las riadas en todo el tramo medio del Ebro, desde Miranda hasta la cola del embalse de Mequinenza. Este organismo celebró ayer su tercera reunión de trabajo, en la que se presentó un estudio de inundabilidad del eje del río.


El documento ha sido elaborado por la CHE, y define con precisión las zonas de la ribera del Ebro que se anegan en caso de avenida. Los resultados quedan reflejados en mapas cartográficos sobre los que se representan, con modelos digitales, las distintas cotas que alcanza el agua en una avenida ordinaria y en riadas con un periodo de retorno de 2 años (1.600 m3/s), 5 años (2.200 m3/s), 10 años (2.800 m3/s), 25 años (3.600 m3/s), 50 años (4.300 m3/s), 100 años y 500 años.


Cada una de esas láminas reflejan la zona inundable con y sin las motas actuales, lo que permite comparar los resultados y medir la eficacia del sistema de defensas. Según la Confederación, las primeras conclusiones del estudio muestran que, con carácter general, las motas de protección solo son útiles para avenidas con un periodo de retorno de hasta 10 años. Esto significa que ante riadas de más de 2.800 m3/s como la de febrero de 2003 los diques empiezan a ser rebasados.


Presentación a los alcaldes


El objetivo de la Confederación es adoptar soluciones que permitan salvar los cascos urbanos y que minimicen los daños agrícolas cuando se produzcan esas grandes avenidas. Alonso explicó que los técnicos están trabajando en un sistema de compuertas que no solo permitirá permeabilizar las defensas, sino también controlar la velocidad de inundación de los campos.


Tanto el estudio sobre la inundabilidad del eje del Ebro como las propuestas para minimizar las afecciones fueron presentadas, ya por la tarde, a los alcaldes de los municipios zaragozanos, navarros y riojanos situados a orillas del río. El presidente de la CHE subrayó que, al igual que ha sucedido con los cauces de avenida, estas soluciones solo se adoptarán "por consenso".