AGUA

La capacidad total de regulación de los pantanos aragoneses está en el aire

La revisión del Pacto del Agua, primero en la Comisión del Agua de Aragón y ahora en aplicación del nuevo Plan Hidrológico del Ebro, deja en el aire cuál será la capacidad total de regulación de los embalses aragoneses. El Estatuto de Autonomía otorga a la comunidad una reserva de uso exclusivo de 6.550 hectómetros cúbicos (hm3), pero hasta que no se sepa qué pantanos se construirán finalmente en la comunidad no se podrá calcular qué parte de ese volumen de agua podrá almacenarse en sus embalses.


La cifra de 6.550 hm3 se incluyó en el Pacto del Agua de 1992, y procede de sumar la capacidad de embalse que tenía entonces Aragón, la que iba a ganar si se ejecutaba ese largo listado de obras hidráulicas y una reserva añadida basada en otras posibles actuaciones. Con las regulaciones existentes y las propuestas se llegaba a los 5.700 hm3, y la reserva añadida se cifró en otros 850 hm3.


Sin embargo, a lo largo de estos 26 años muchas de las actuaciones del listado del Pacto del Agua aprobado por las Cortes de Aragón se han ido descartando por razones ambientales o de oposición social. Por poner algunos ejemplos, los embalses de Jánovas (354 hm3) y Santaliestra (70 hm3) recibieron una declaración de impacto negativa, y el recrecimiento de Yesa pasó de la cota original (2.000 hm3) a la intermedia (unos 1.000) por acuerdo de la Comisión del Agua.


Estos avatares han ido modificando la capacidad de regulación conjunta de los embalses aragoneses, que no se podrá fijar definitivamente hasta que no se concrete qué balsas laterales se van a construir en la zona regable de Monegros como complemento al embalse pequeño de Biscarrués y cuáles de los pequeños embalses pendientes se descartarán por inviables o por falta de demanda -estos últimos no variarán mucho la cantidad final, pero entre todos superan los 100 hm3-.


El Estatuto es ley orgánica



En cualquier caso, lo que establezca el Gobierno central en el nuevo plan de cuenca no afectará a lo dispuesto en el Estatuto aragonés, ya que el nuevo Plan Hidrológico del Ebro se aprobará mediante decreto y la norma suprema aragonesa es una ley orgánica. La reserva hidráulica de Aragón seguirá siendo de 6.550 hm3, pero lo que habrá que ver es cuántos de esos hectómetros se pueden almacenar en los pantanos de la comunidad y cuantos quedan como reserva añadida -el equivalente a los 850 hm3 previstos por las Cortes en 1992-.


Además de la capacidad de regulación, el otro factor que condiciona la gestión efectiva de los 6.550 hm3 de la reserva hidráulica son las aportaciones de los ríos aragoneses. En el último cuarto de siglo, la cuenca del Ebro ha perdido el 14% de sus recursos hídricos, descenso al que hay que añadirle las previsiones sobre el cambio climático.