INFRAESTRUCTURAS

La autovía a Jaca avanza hasta Monrepós pero hay 20 km sin obras

El nuevo viaducto a la altura de Nueno y el puente sobre el Guarga cambian el paisaje. Un año después del parón de los trabajos hay tramos donde no se han retomado.

Obras en la autovía de Jaca. Puente sobre el río Guarga
La autovía a Jaca avanza hasta Monrepós pero aún hay 20 km sin obras
JAVIER BLASCO

Las obras de construcción de la autovía A-23 entre Huesca y Jaca cambian ya el paisaje de la sierra. Un largo viaducto de más de 320 metros de longitud cruza el congosto del Isuela justo por encima de la localidad de Nueno para enlazar con el primero de los nuevos túneles desde la capital oscense. Pasado ya el puerto de Monrepós, a la altura del desvío hacia la Guarguera, se puede contemplar el nuevo puente sobre el río Guarga, de 350 metros de longitud, pensado para reducir el impacto ambiental sobre el cauce. Son las estructuras más singulares de la cara sur y norte respectivamente. Sin embargo, en muchos otros puntos ni siquiera han empezado las obras.


El mayor número de nuevas estructuras viarias se concentra en el puerto de Monrepós, donde se cruzarán las dos calzadas de la autovía en un entramado de viaductos y túneles. Allí donde cambia el paisaje se agrupan los trabajos de construcción de una vía que todavía tiene varios tramos en los que las obras se han paralizado o incluso alguno en el que ni siquiera han empezado. Entre todos ellos, situados aproximadamente entre el Alto de Monrepós y la entrada a Sabiñánigo -a excepción del puente sobre el río Guarga- suman más de 20 kilómetros.


Este mes se cumple un año de la paralización de las obras de las autovías A-23 (Huesca-Jaca), A-21 (Jaca-Pamplona) y A-22 (Huesca-Lérida), que el Ministerio de Fomento presentó como una «reprogramación» de los trabajos. En la autovía A-22 se retomaron, se han puesto en servicio más de 20 kilómetros y a finales se año se espera terminarla.


Sin embargo, nada se sabe todavía de la idea de adjudicar en un contrato público-privado la construcción de la vía rápida hasta Pamplona durante 2011. Algunos tramos de la A-23, por problemas con los contratistas, ya tenían el contrato rescindido y todavía no se han vuelto a adjudicar. Otros, se paralizaron entonces, y las obras tampoco han recuperado el ritmo.

 

Maquinaria pesada

La autovía entre Huesca y Jaca se interrumpe a la altura de Nueno entre conos para indicar el estrechamiento de la vía y entre maquinaria pesada a ambos lados de la calzada que habla del avance de las obras. Tras el estreno de los dos primeros kilómetros de esta vía que se inauguraron el 25 de febrero, para dar continuidad a los 11,5 kilómetros desde la capital oscense que ya están en servicio desde el año 2000, siguen las máquinas. Sin embargo, los trabajos avanzan solo en los siguientes tres kilómetros en los que destaca el citado viaducto que cruza al otro lado del congosto. Si a mediados de mayo ya se habían colocado todas las pilonas, ahora ya está la calzada completa. También se pueden ver los avances en el túnel de 500 metros situado a la izquierda así como en otro viaducto.


Pero antes de salir del congosto del Isuela, ya se aprecia un tramo paralizado en el que el túnel está horadado, pero cerrado desde que se rescindió el contrato. En este mismo tramo, se sitúa a la altura de Arguis el centro de control, que construye la empresa adjudicataria del siguiente hasta el Alto de Monrepós, donde nunca se llegaron a paralizar las obras. Desde este espacio, se vigilarán todos los nuevos túneles de la A-23 así como los dos de la N-260 entre Yebra de Basa y Fiscal, que se abrirá a principios de 2012.


En el Alto de Monrepós, se cruzan las calzadas con un viaducto sobre el río Flumen. De este modo, la vía actual existente en la cara norte de bajada del puerto hacia Jaca servirá después para el sentido contrario Jaca-Huesca. Apenas se ven trabajos en el resto del trazado hasta Sabiñánigo, a excepción del puente sobre el Guarga, único punto en el que se concentran las máquinas de todo un tramo de 12 kilómetros entre Caldearenas y Lanave. Sin embargo, las piezas del singular puente ya estaban hechas y había que colocarlas. De ahí, que se trabaje en el montaje de la estructura de 350 metros, que apoya solo en tres pilonas de 2,5 metros de radio para sostener las calzadas de ambos sentidos.


En los dos siguientes tramos, a la altura de Hostal de Ipiés y el embalse de Jabarrella, los contratos se rescindieron y todavía no se han vuelto a adjudicar. Las máquinas aparecen de nuevo en la entrada de Sabiñánigo así como en los últimos 10 kilómetros hasta Jaca, que está previsto estrenar en unos meses.


Nueno-congosto del Isuela. Superar el estrechamiento natural que sufre la carretera impone la construcción de una sucesión de túneles y viaductos, como demuestra el de esta fotografía de ayer, para salvar los desniveles y cortados de la zona. De ahí, que solo este tramo tenga un presupuesto de 53,2 millones de euros pese a que se trate solo de construir 4,4 kilómetros.


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