INFRAESTRUCTURAS

La autopista autonómica de El Burgo a Villafranca se abre mañana a las 10.30

Poco después de la inauguración oficial, la vía se pondrá en servicio. Se espera que 6.100 conductores circulen a diario por la carretera, que será gratuita para el usuario

La primera autopista autonómica (ARA-A1), que une Villafranca de Ebro con El Burgo, se inaugurará mañana a las 10.30 y poco después se abrirá al tráfico. Son los primeros 5,3 kilómetros de autopista que ejecuta el Gobierno de Aragón a través de la fórmula conocida como "peaje en sombra", por lo que será gratuita para el usuario. Se espera que unos 6.100 vehículos diarios utilicen esta vía de enlace de la AP-2 y la N-II con la N-232 en su conexión con la A-222. Para los alcaldes de las localidades que une, con esta inauguración se cumple una antigua reivindicación y la vía supone una "gran avance".


Esta vía es el germen del futuro Quinto Cinturón de circunvalación de la ciudad, que se estrena menos de un mes después de que se haya completado el Cuarto (con la apertura de la Ronda Este). La autopista se estrena después de casi tres años de obras, puesto que los trabajos empezaron a finales de julio de 2005, aunque con un ligero retraso porque las previsiones iniciales apuntaban que se acabaría en mayo para ponerla en servicio el 13 de junio con la inauguración de la Expo. No obstante, la orden de contratación del estudio informativo data del 1 de septiembre de 2000.


Ayer los operarios trabajaban para dar los últimos retoques en esta calzada que conecta tres vías de un intenso tráfico. Por ello, desde el Gobierno de Aragón se espera que sirva especialmente para descongestionar la N-232 y evitar las dificultades en el puente de Pina de Ebro por la circulación de vehículos pesados. De hecho, los análisis previos indican que cada día utilizarán la nueva carretera 4.800 vehículos ligeros y entre 1.200 y 1.300 pesados. Estos son los resultados de los estudios teniendo en cuenta que el conductor no pagará por el uso. Sin embargo, los usos se reducirían si se cobrara un peaje.


Penalizaciones por accidente


En realidad se pagará una tasa pero indirectamente, puesto que la fórmula del "peaje en sombra" consiste en que la administración hace una concesión a una empresa para su construcción y conservación durante un plazo de tiempo. En este caso, el Gobierno de Aragón adjudicó la obra en estas condiciones la UTE formada por Acciona, Arascon y Brues y Fernández por un plazo de 30 años y un importe de 154.627.305, aunque el coste de la infraestructura es de 58.418.880 euros.


El uso de la vía se medirá porque según los datos, el Gobierno de Aragón abonará trimestralmente una cantidad a la UTE concesionaria en concepto de contraprestación, como una tasa. Será el resultado de multiplicar las tarifas vigentes por el número de vehículos por kilómetro. Hasta 2008, el Gobierno de Aragón pagará 5,6 millones de euros por la infraestructura. Pero el último año de la concesión, el 2035, la cifra puede alcanzar un máximo de 6,4 millones de euros. Después, esta carretera se incorporará a la red autonómica de Aragón. Es la primera del plan de autopistas que incluye la construcción de la Cariñena-Mallén, de 66 kilómetros de longitud; y de El Burgo-La Muela, que supondría la continuación del Quinto Cinturón.


Esta fórmula tiene la particularidad de que el Gobierno de Aragón puede penalizar a la empresa adjudicataria por los accidentes, ya que la concesionaria tiene la obligación de mantener la vía en condiciones.


El trazado


La nueva vía comienza la N-II con un enlace mediante una glorieta elevada con dos estructuras de un solo vano y sus correspondientes ramales de conexión que permiten todos los movimientos posibles. Tras recorrer medio kilómetro, establece una conexión con la AP-2, con un enlace de trébol o diamante incompleto, donde se han trazado unas vías distribuidoras del tráfico y separadas de la calzada del tronco principal por medio de barreras rígidas. Estas vías disponen a su vez de arcenes propios.


Finalmente, en el kilómetro 5,280 se sitúa el tercer enlace del proyecto, con la N-232 y la A-222 a la altura del Burgo de Ebro. En este caso, se ha trazado una glorieta ovoidal elevada que dispone de ramales para todos los enlaces. Bajo esta carretera, discurre la N-232 y también se han proyectado dos estructuras en previsión del futuro paso de la variante de El Burgo (A-68). A su vez, por este punto pasa la línea de ferrocarril Zaragoza-Barcelona (la vía del tren convencional con parada en Caspe), pero también se ha contemplado la posibilidad de duplicar la vía férrea.


El trazado de la autopista está construido en un único terraplén de una altura media de 9 metros, dividido en dos tramos por el viaducto sobre el río Ebro, situado entre el punto kilométrico 3,150 y 3,550. Este viaducto doble (uno por sentido) tiene una longitud total de 400 metros y está formado por diez vanos de 40 metros. La cimentación y las pilas están colocadas para permitir una ampliación a tres carriles, y se ha dispuesto junto al arcén de 2,5 metros, una acera de 0,75 que permitirá el paso peatonal de los conductores que sufran una avería.


Unión de pueblos próximos


Con la inauguración de la primera autopista autonómica, se cumple una antigua reivindicación de los pueblos que une. Así lo ve y así lo va a celebrar el alcalde de Villafranca de Ebro, José Antonio Moreno. Según recuerda, hace ya 20 años que algunos extranjeros llegaban con mapas en los que se veía un puente sobre el Ebro que no existía y tenían que darse la vuelta. Moreno destaca especialmente el ahorro de tiempo y de kilómetros que supone esta conexión que evita una vuelta por Zaragoza o Pina de Ebro.


El alcalde de El Burgo, Miguel Ángel Girón, también estima que es un avance importante aunque duda de que por esta nueva carretera vaya a reducirse el tráfico en la N-232, al menos mientras no esté la variante de la A-68.