Hace solo unos meses era "irrenunciable" para el Gobierno de Aragón, pero en las arcas estatales no hay dinero siquiera para redactar el proyecto. Esta es la suerte que corre la ampliación de la Ronda Sur ferroviaria de Zaragoza, una obra imprescindible para desviar definitivamente el tráfico de mercancías de la ciudad, acabar con el actual embudo que sufre por su escasa capacidad y darle una salida en condiciones a la macroterminal de la Plataforma Logística.

Da igual que el Ministerio de Fomento haya aprobado hace tan solo dos semanas el trazado y lo haya incluido en la Red Ferroviaria de Interés General, porque carece de partida presupuestaria para continuar la tramitación administrativa. Su ejecución depende del Ministerio y de Zaragoza Alta Velocidad (ZAV), sociedad pública controlada por el número dos de Fomento, el oscense Víctor Morlán, desde la que se reconoció que el encargo del proyecto no tiene fecha ni la obra es ahora "prioritaria". Y como explicación, fuentes oficiales de ZAV apuntaron a este diario que el complejo ferroviario de Plaza tiene salida, aunque sea en precario, por lo que tendrá que esperar ante la actual coyuntura económica.

El estudio informativo, que salió a información pública hace menos de un año, fijó su coste en más de 175 millones de euros, un 75% más de la previsión inicial, porque a la prolongación prevista de la variante desde Pla-Za hasta Grisén se le había unido también la duplicación del corredor existente. El Ministerio de Fomento reconoció entonces que se debe paliar su "deficiente rendimiento" como consecuencia de tener "seriamente limitada su capacidad".

En la previsión más optimista, la variante se postergaba hasta el año 2014 pese a que su construcción requerirá un año y medio de obras, pero con la nueva política inversora del Gobierno ni siquiera tiene fecha. De hecho, la duplicación de la actual Ronda Sur a lo largo de sus 12,4 kilómetros de trazado corresponde directamente a Fomento.