INVESTIGADOR DE LA UNIVERSIDAD DE ZARAGOZA

Jesús Santamaría: "Diseñaremos un microrreactor para hacer una química nueva"

En marzo iniciará un proyecto para crear una química más ecológica que ha recibido una de las ayudas a la I+D+i más prestigiosas de toda Europa.

El científico Jesús Santamaría ha conseguido una de las ayudas a la investigación más prestigiosas de Europa, las denominadas Advanced Grants, otorgadas por el Consejo Europeo de Investigación. Esta es la primera vez que esta subvención recae en la Universidad de Zaragoza y lo hace para reconocer un proyecto que podría cambiar la química actual.

¿Cómo lo hará?

En los próximos cinco años se diseñará un microrreactor que suministrará la energía de forma selectiva, lo que permitirá ahorrar energía y evitar reacciones indeseadas. Con él se hará una química nueva, más ecológica.

Explíquese.

Por ejemplo, hasta ahora, una empresa que quisiera eliminar por combustión un contaminante del aire tenía que calentar a unos 200 grados toda la masa de aire para eliminar las moléculas 'sucias' aunque estas supusieran -por poner un caso- solo veinte partes por cada millón. Esto es así porque un reactor convencional calienta de fuera hacia dentro. Con el que vamos a diseñar no hará falta subir la temperatura de todo el aire.

¿Irá directo a las moléculas que interesan?

Es una idea similar a lo que ocurre en los microondas: al calentar un vaso de leche, sube la temperatura del líquido antes que del recipiente de cristal. Nuestro aparato contará con un centro activo y cuando el contaminante pase por él, lo calentará y destruirá, mientras que el resto del aire seguirá frío. Supondrá un gran ahorro energético.

¿Qué aplicaciones tendrá?

Toda buena investigación acaba teniendo una aplicación y esta la tendrá, por supuesto. Se beneficiará sobre todo la industria química, porque se mejorarán procesos que ahora resultan muy costosos. Ayudará también a proteger productos valiosos que pueden descomponerse durante reacciones químicas a altas temperaturas.

Esta es la primera vez que los campus aragoneses reciben esta prestigiosa subvención. ¿Ayudará a destacar más aún a la Universidad en el mapa investigador internacional?

Lo hará. También al Instituto de Nanociencia de Aragón -donde se desarrollará el proyecto y donde nos serviremos de sus laboratorios y medios como el conocido microscopio Titán. Estamos muy satisfechos.

Contribuirá también a generar empleo...

Sí, en el proyecto trabajará un equipo de diez personas. Cinco de ellas pertenecen a la Universidad de Zaragoza y el resto serán nuevos contratos: dos para doctores, dos para licenciados que vayan a hacer el doctorado y uno para un técnico.

¿Quién podrá acceder a esos puestos?

La convocatoria estará abierta a científicos y licenciados de toda Europa porque la investigación es también una liga y, como en el fútbol, tenemos que intentar fichar a los mejores.

La ayuda llega con un cheque de 1,85 millones de euros. ¿Demuestra esto que la investigación es rentable?

El apoyo a la I+D+i da frutos. Esto se ve claro en Cataluña, que ha recibido la mayoría de estas ayudas en los últimos años. Esto se debe en gran parte a que es una comunidad respaldada desde hace años por una política de inversión en investigación.

¿Está Aragón quedándose atrás por la falta de financiación y apoyos suficientes?

De momento no, aunque podríamos llegar a quedarnos. Estamos en el cuadrante noreste de España donde los gobiernos vasco, navarro y catalán están haciendo un esfuerzo importante por la investigación. La DGA también ha apostado fuerte, pero con la crisis a todos nos preocupa qué va a pasar. Queremos mandar un mensaje a los políticos para que nadie deje de invertir en I+D+i. Que haya crisis es motivo de más para seguir apostando por la investigación que es la que puede sacarnos de esta situación.