HABLA SU MUJER, PILAR MURO

"Me ilusionó la noticia, pero ha dicho tantas mentiras que dudé"

Cuando a Pilar Muro, esposa de Publio Cordón, la Guardia Civil le informó a principios de noviembre pasado de que tenían nuevos datos sobre el posible paradero de los restos de su marido, encajó la noticia "como una más" de las muchas recibidas a lo largo de estos casi 14 años.

 

"Reconozco que me ilusionó, pero conociendo la procedencia de quién la proporcionaba (el grapo Fernando Silva) dudé de que pudiera ser cierta. Son tantas las mentiras que ha dicho durante este tiempo, que todo lo que cuenta hay que ponerlo en cuarentena", manifestó ayer.


Aún así, como Pilar Muro confía enormemente en la competencia del grupo de la Guardia Civil que investiga el caso de su marido desde el año 2000, el anuncio de que los datos podían ser esta vez "buenos" le hizo albergar una esperanza que todavía no ha perdido. "He tenido mucha paciencia, más de trece años, y la sigo teniendo. Sería poner fin a una espera", comentó.


"Me pidieron que fuera discreta y lo he sido. Me advirtieron de que la búsqueda podía prolongarse en el tiempo, porque tienen la zona pero no el punto concreto, y así ha sido. Necesitan tranquilidad y tiempo para investigar. Por eso me molesta que se haya producido ahora esta filtración, porque para ellos puede suponer una presión mediática innecesaria que puede entorpecer sus labores", explicó. Insistió en que los agentes que investigan el caso son concienzudos, serios y discretos y el que se sepa públicamente sus movimientos puede perjudicar el caso. "Y ahora surge una noticia que no lo es. Porque, para mí, la noticia será el día que digan: lo hemos encontrado".


Para Pilar Muro, el mérito de que la investigación del secuestro de su marido se encuentre en el punto actual la tiene el golpe que la Guardia Civil asestó a los GRAPO en 2001, cuando detuvo a siete de sus miembros, entre ellos a Fernando Silva. "A partir de entonces cayó la cúpula y todos han pasado por los tribunales", recordó. La esposa de Publio Cordón no alcanza a entender el cambio de actitud de Silva, que siempre ha negado que participara en el secuestro e incluso de que lo viera alguna vez. Al comentarle que en noviembre escribió una carta a los jueces de la Audiencia, a instituciones penitenciarias y a su abogado en el que pedía perdón e, implícitamente, ofrecía su colaboración, admitió que bien pudiera estar buscándose un beneficio penitenciario o bien una venganza contra el ideólogo de la banda terrorista, Manuel Pérez Arenas, y otros grapos, con quienes mantiene un enfrentamiento abierto. De hecho, Arenas y su compañera, Isabel Llaquet, salieron 'de rositas'del juicio por el secuestro de Publio Cordón y él fue condenado a 28 años.