AGUA

Iglesias admite su fracaso con Zapatero y anuncia el recurso contra el trasvase

El presidente asume que no convencerá al Gobierno ni a la Generalitat y dice que el contencioso es "cuestión de días". El Consejo de Gobierno autorizará el martes a los Servicios Jurídicos a recurrir el decreto.

La presentación del recurso contencioso-administrativo contra la tubería a Barcelona es "cuestión de días". Así lo aseguró ayer el presidente aragonés, Marcelino Iglesias, después de reconocer que no ha sido capaz de convencer ni al Gobierno central ni a la Generalitat de Cataluña de que la situación de emergencia que motivó el decreto "se ha superado" tras las lluvias de las últimas semanas y por lo tanto, la obra "no tiene soporte legal".


En los pasillos de las Cortes, el dirigente socialista no tuvo más remedio que admitir que Zapatero y Montilla quieren construir la conducción, pase lo que pase. "Son partidarios de que ahora que estamos metidos en faena, terminemos y eso no lo compartimos", advirtió, tras varios días de declaraciones en los que han quedado muy claras las intenciones de Madrid y Cataluña con respecto al trasvase.


Iglesias asumió de forma pública que ya no puede frenar políticamente la obra después de haber compartido cena en La Moncloa la víspera con Zapatero, Montilla y la cúpula del Gobierno socialista. En esa cita, según explicó ayer, tuvo oportunidad de conversar con la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, pero no así con el presidente catalán, que llegó tarde.


A esta le habría recordado, sin éxito, tal y como comentó ayer, que "el propio decreto cuantifica el déficit". "Resuelto ese déficit, no puede haber emergencia y esa es nuestra apoyatura fundamental", reiteró. Y habló más claro que nunca hasta el momento, al asegurar que según los datos de la propia Generalitat, Barcelona y su área metropolitana tienen "agua suficiente para llegar hasta la puesta en marcha de la desaladora".


Pero las tesis de la comunidad siguen sin calar en el Ejecutivo central, que insiste -tal y como reconoció ayer Iglesias- en que quiere "asegurar" más agua. Tanto que, por primera vez, el mandatario aragonés dijo estar "absolutamente convencido" de que Aragón "llegará al contencioso". Será "mañana" o "dentro de una semana", adelantó, "pero lo haremos y no se hundirá el mundo. No me echarán del PSOE, no pasará nada". Además, confió en que "la razón jurídica se terminará imponiendo".


Aunque el presidente no concretó fechas para el recurso, según pudo saber este periódico el Consejo de Gobierno del próximo martes acordará solicitar a los Servicios Jurídicos, que ya trabajan en el asunto, la toma de acciones judiciales contra los actos administrativos derivados del decreto. El Ejecutivo estaría esperando a que se publicara en el Boletín Oficial la adjudicación de los trabajos y se plantearía recurrir ese acto administrativo tanto en los tribunales de Cataluña como en los de Madrid. Según fuentes de la DGA, los recursos se formalizarían en cuanto estuvieran ultimados.


Ante las críticas recibidas en el último mes por la falta de reacción de la DGA, el presidente justificó la tardanza en tomar la decisión de plantar cara judicialmente por la necesidad de "cargarse de razones". "No nos interesa gritar más, sino tener razón, que creemos que la tenemos, y que nos la den los tribunales", afirmó. Y defendió su particular forma de hacer política, "sin exabruptos y sin decisiones apresuradas". "Cada uno tiene su personalidad -dijo- y me gusta hacer las cosas así".


Fiel a su estilo -sin levantar la voz- rechazó las declaraciones realizadas la víspera por el presidente de la Generalitat en el Parlamento catalán, que reiteró que hay que hacer la tubería sí o sí y que comparó la obra con un "extintor" que hay tener disponible para poder usar en caso de necesidad. "No comparto esa afirmación", se limitó a señalar.


Y fiel a esa forma de hacer política de la que presume, vino a decir que Cataluña modificó su decreto de la sequía la semana pasada y mantuvo las restricciones al riego y al llenado de piscinas porque le venía bien. Pero cuando se le preguntó directamente por este extremo, animó a los periodistas a sacar sus propias conclusiones.


No quiso ahondar tampoco en las discrepancias que han manifestado sus socios de gobierno, que llevan días urgiendo la presentación del contencioso. "Afortunadamente hasta ahora hemos podido avanzar bastante de la mano con mis socios y creo que podremos seguir avanzando", se despachó.