Festividades

Santa Águeda da el mando a las mujeres

En Grañén y varios pueblos de Los Monegros se celebraron las tradicionales corridas de la rosca, bailes y cenas populares, mientras en Huesca la Asociación de Amas de Casa repartió 'teticas' bendecidas en la ermita de Las Mártires, donde hubo misas.

A pesar de las bajas temperaturas, las mujeres de la localidad de Grañén tomaron ayer las calles al grito de "¡Viva Santa Águeda!" y, como ocurre desde hace 27 años, eligieron a una de sus vecinas alcaldesa por un día. En esta ocasión, el honor recayó en Antonia Gracia Fumanal y, como le cantó la rondalla local, fue escogida "por ser honesta y buena; por ser hembra, madre y abuela".


Precisamente, los acordes del grupo jotero fueron los encargados de abrir la noche del sábado los actos organizados con motivo de esta festividad y de acompañar a la nueva alcaldesa hasta el pabellón polideportivo. En este espacio, el alcalde de Grañén, Carlos Sampériz, cedió a la elegida el bastón de mando de la localidad y, al ser el primer año en el que participaba en este acto, tuvo que someterse a la 'rigurosa' revisión médica de las integrantes de la asociación de Santa Águeda. De nuevo, como era costumbre en varias localidades de Los Monegros, la festividad se mezcló con el cercano carnaval y algunas de las mujeres se disfrazaron de médico, guardia civil, toro e, incluso, del lobo feroz del popular cuento de Caperucita Roja.


Corridas de rosca


Durante la jornada de ayer, la alegría continuó invadiendo las calles del municipio y las mujeres, junto a otros vecinos, llenaron la iglesia parroquial para asistir a los actos religiosos. Tras la celebración de la misa, tuvo lugar el reparto de bollos bendecidos, mientras que las tradicionales corridas de la rosca tuvieron que ser trasladadas al pabellón polideportivo a causa de la lluvia. Allí, por parejas, las mujeres esprintaron por alcanzar la meta en primer lugar y pugnaron, aunque al final siempre es compartida, por hacerse con la apetecible rosca.


En la línea de salida, silbato en boca y bastón en mano, la alcaldesa fue la encargada de marcar el ritmo de las carreras, que permitieron repartir más de 70 roscas. "Lo estoy viviendo con mucha emoción y alegría; llevo muchos años viviendo en Grañén y siempre me ha gustado participar en todos los actos organizados en Santa Águeda", aseguraba ayer Antonia Gracia. En su opinión, "hay pocos pueblos en la provincia en los que se viva con tanta intensidad y unión; es una fiesta de todas y para todas".


La festividad, que en su origen tenía el objetivo de asumir una vez al año roles masculinos como la práctica del deporte, se completó con comida popular, café-concierto, sesión de baile y cena popular. En Los Monegros, Santa Águeda se vivió también con intensidad en Huerto, Curbe, Sena, Alberuela, Barbués o Sariñena. En algunas de estas poblaciones, además de correr la rosca, las mujeres entonaron antiguas coplillas o disfrutaron del tradicional juego de la olleta.


También en Huesca capital se celebró Santa Agueda. A pesar del frío, cientos de mujeres decidieron abrigarse y, en muchos casos, subir andando el camino que lleva hasta la ermita de Las Mártires, donde se venera a la santa. Allí asistieron a las misas que ofició el obispo, Julián Ruiz, por la mañana y por la tarde. También acudieron a este pequeño cerro, en las inmediaciones del casco urbano, integrantes de la Asociación de Amas de Casa que repartieron 'teticas' bendecidas. Además muchos grupos se reunieron en comidas y meriendas.