Clases de yoga, de salsa, o cursos de acrobacias cirquenses conviven en el programa del centro ‘La Catalítica’, un espacio multidisciplinar situado en el corazón de Huesca – Calle Lanuza, 34-, que no solo alberga todo tipo de cursos en su enorme sala principal, sino que también cuenta con una zona de mercado para que los artesanos de la ciudad expongan sus creaciones, y desde hace unos días también una cafetería, que cierra los tres pilares en los que se fundamenta este innovador proyecto. “Queremos que la zona de bar sea un punto de reunión o encuentro, y también de creación y de ideas para toda la gente que viene a las clases, y que se animen así a visitar los diferentes puestos artesanales”, explica Ramiro Fumanal, propietario del local junto a su mujer, Pilar García.

‘La Catalítica’ se sitúa en una antigua panadería, lo que explica su distribución, con la cafetería en primer lugar, que acogía la parte de despacho de pan del establecimiento y que da acceso a una enorme nave con techos de más de cuatro metros de alto, donde se ubicaba el obrador.

“Empezamos como un proyecto abierto, ya que nos gustaba la idea de poder integrar las diferentes formas de creación. Nosotros ya habíamos organizado el festival ICO –dedicado a la música independiente-, y Pilar se dedicaba a restaurar ropa de segunda mano para venderlo. Por eso este local nos pareció idóneo para aunar todo ese tipo de actividades”, apunta Fumanal.

Así, cualquiera puede alquilar su enorme sala para llevar a cabo cursos, o una de las cajas de su zona de exposición en las que mostrar las creaciones propias. “Viene gente que imparte desde pilates hasta flamenco”. De hecho, ya es reducida la disponibilidad del local por las tardes, en las que desde 17.00 hasta las 21.00 se suceden los alumnos y profesores. En el mercado son siete artesanos los que participan. “Es una buena solución para aquellos creadores que no pueden alquilarse un local propio o que no tienen una disponibilidad tan grande como para regentar una tienda”, aclara el propietario de ‘La Catalítica’.

La reciente apertura de la zona de cafetería es para Fumanal todo un logro, ya que le ha supuesto un largo periplo en busca de los permisos necesarios para convertirse en un bar. Este les permite abrir sus puertas hasta las 2.00 los fines de semana y desde este sábado también quieren abrir antes de la hora de comer, y convertirse en punto de reunión para el tradicional vermú.

Además, están preparando un mercado con motivo de las fiestas del barrio de Santo Domingo y San Martín, en la que también participarán el resto de establecimientos de la zona.