El portavoz del Partido Aragonés (PAR) en el Ayuntamiento de Huesca, Fernando Lafuente, ha expresado su rechazo al cierre del acuartelamiento Sancho Ramírez porque, ha dicho, supondría eliminar unos 250 puestos de trabajo en la ciudad, así como el traslado de decenas de familias.

Además, en una nota de prensa asegura que con el cierre se romperían los vínculos históricos de Huesca con el Ejército.

El Ministerio de Defensa confirmó el viernes el pan de cierre de este acuartelamiento en 2016, en el marco de las acciones llevadas a cabo para la reorganización del ejército de tierra.

Para Lafuente, el actual ministro sumaría otra decisión perjudicial para Huesca a la que ya tomó su predecesor en el gobierno anterior, cuando se redujeron las unidades y se dejó en la mitad el número de soldados.

Para el concejal, no solo existen los intereses del ministerio, sino también de la ciudad de Huesca.

Por eso insta a que todos los grupos del ayuntamiento, junto con las entidades ciudadanas oscenses y el Gobierno de Aragón, adopten "una postura de unidad que demuestre la voluntad común de trabajar por la ciudad", reclamando la permanencia del cuartel o un mayor volumen de tropas en él.

A su juicio, el ejército "puede reorganizarse sin llegar al cierre definitivo ni al previsible intento, como ya sucedió con los cuarteles de la Merced y Alfonso I o la antigua cárcel, de rentabilizar terrenos por parte del Estado", Lafuente ha recordado que la Asociación de Vecinos del Perpetuo Socorro propuso usos sociales para el Sancho Ramírez, así como compensaciones a Huesca.