​Los bares del Coso y López Allué comienzan a notar la marcha de los juzgados de Huesca

Sus propietarios aseguran que ha bajado el número de clientes de las mañanas.

El Coso Alto, donde están los antiguos juzgados.
​Los bares del Coso y López Allué comienzan a notar la marcha de los juzgados de Huesca
J.S.

Los juzgados de Huesca se han trasladado ya casi en su totalidad al nuevo Palacio de Justicia, en la calle Calatayud. La mudanza de las oficinas comenzó a mediados del pasado mes de septiembre y está previsto que finalice después del puente del Pilar, tras la marcha en los próximos días del Registro Civil, el juzgado de Guardia, el juzgado de instrucción número 3 (Mercantil) y el número 4. Una partida que ya han notado en los bares cercanos a las antiguas dependencias, tanto en el Coso Bajo como en la plaza de López Allué, que han percibido un notable descenso en el número de clientes de la mañana.


“Para nosotros, entre las 10.00 y las 12.00 han sido siempre horas de mucho trabajo, motivado sobre todo por el movimiento que generan los juzgados y ahora hemos notado un bajón abismal”, señala Roberto Cacho desde el otro lado de la barra del café Candolias, en la plaza de López Allué. Como asegura, ya notaron el descenso de público cuando desapareció la Audencia Provincial, “la que más gente nos traía”, en la calle Moya, “y ahora también con el cierre de los juzgados de abajo”. Calcula así un descenso de clientes del 60%, que le han obligado a reducir la plantilla del establecimiento. “En verano es diferente, porque vienen turistas, pero veremos qué pasa en los próximos meses”, señala. Ahora toca, en su opinión, “aguantar un tiempo a ver si se hace algo con los antiguos edificios”.


“Desde luego que lo hemos notado”, asegura, por otra parte, Javier Bitrián, desde Mi Bar. “Había un centenar de personas allí trabajando, además de 400 o 500 que pasaban todos los días entre procuradores, abogados, testigos…”, añade, “y este invierno aún será peor”. Se ha juntado además el inicio de las obras de peatonalización, que ocupan ya la calle Moya y el tramo del Coso que va desde la unión con esta vía hasta casi el comienzo de la costanilla de Lastanosa. “Las obras son 7 meses, que aguantaremos como sea, pero los juzgados no van a volver”, lamenta. Espera que los antiguos edificios se llenen, “de gente joven”. “Esperemos que se sepa recuperar el centro y si es con gente joven, mejor que mejor”, afirma.


Unos inmuebles que también son visibles desde el establecimiento de Laura Pociello, el bar Correos, quien coincide con sus compañeros de profesión. “Por lo general, tenemos menos movimiento por la mañana, se nota la ausencia de los funcionarios y de aquellos que asistían a los juicios”, comenta. Como recuerda, “aquí venían a reunirse, por ejemplo, cuando había un parón en un juicio, o había que esperar por algo”. Tiene también enfrente las nuevas obras de peatonalización, y ha padecido también las del anterior tramo, ya que se encuentra en el punto de unión de ambas. “Se nos está juntando todo”, señala, aunque sin perder la sonrisa.