La crisis también ha pasado factura al Parque Tecnológico Walqa de Huesca y más concretamente  a la sociedad que lo gestiona. La deuda que mantiene con varias entidades financieras y el parón en la venta de parcelas de los últimos años ha obligado a realizar una operación financiera para evitar su disolución y enjugar las pérdidas, que ascendían a 1,6 millones de euros en el periodo comprendido entre los ejercicios de 2010 y 2013. 

La auditoría realizada por las firmas Pricewaterhousecoopers y Villalba, Envid y Cía llamó la atención sobre estas pérdidas y sus consecuencias en su último informe. El balance negativo de 2013 provocó que el patrimonio neto de la sociedad integrada por la Corporación Empresarial Pública de Aragón, el Ayuntamiento de Huesca, Ibercaja y Bantierra, fuera inferior a la mitad del capital social, llegando por tanto a encontrarse "en causa de disolución".

Como alternativa para evitar la desaparición de la entidad, que gestiona un complejo de 14 edificios donde hay más de 60 empresas y 800 trabajadores, los expertos aconsejaron una operación de reducción de capital y simultáneamente otra de ampliación, una fórmula que, según fuentes del departamento de Industria e Innovación no es inusual. La operación, iniciada en diciembre de 2013, se formalizó hace solo unos días por medio del anuncio público del movimiento societario. 

Con la reducción del capital social, este pasó de 2.790.660 euros a 604.000, rebajando el valor nominal de las acciones de 60 a 13 euros. En cuanto a la ampliación, se ha realizado por un importe de 1.123.000 euros. Con ella, ha variado la participación de los accionistas: la Corporación Empresarial Pública de Aragón mantiene su posición mayoritaria con un 56,05%; Bantierra conserva el 11,59%; Ibercaja la ha reducido al 3,76%, ya que decidió no ir a la ampliación; y el Ayuntamiento de Huesca, en lugar de aportar dinero, puso a disposición de la sociedad dos parcelas de 2.355 y 2.376 metros cuadrados, valoradas en 160.000 y 161.000 euros, y se queda con el 28,59%. 

Paralelamente, se ha refinanciado la deuda contraída con las entidades financieras a raíz de las obras de urbanización del complejo disfrutando de un plazo de amortización más amplio. Además, hay expectativas de comercializar alguna parcela en 2015 y se ha reducido en un 20% la renta que el Parque paga al Instituto Aragonés de Fomento (propietario de los edificios 1 y 2 y del Félix de Azara) y que a su vez cobra a las empresas. Esto último, según el departamento de Industria, se explica porque él también ha tenido que ser flexible en los alquileres con algunas compañías que pasaban por dificultades para garantizar su supervivencia. 

Walqa ha funcionado bien en sus ya casi 12 años de vida, pero no ha sido ajeno a la crisis, añaden las mismas fuentes, que justifican las pérdidas acumuladas por las deudas con las entidades financieras derivadas de los créditos para pagar las sucesivas fases de urbanización y la compra del edificio 3, y "porque no se han vendido parcelas en unos años". Señalan que tras la reducción y la ampliación de capital "se ha recuperado el equilibrio y ahora mismo no tiene deuda". "Aunque hayamos pasado unos meses malos, últimamente está habiendo movimiento", aseguran.