La Feria de la Cereza atrae a 4.000 personas en un año con una gran cosecha

Los productores de Bolea vendieron unos 8.000 kilos en los puestos instalados en la plaza Mayor y en los patios de las casas. Roberto Brasero fue el encargado de inaugurarla

La alcaldesa, Carmen Gutiérrez, junto a los productores Eva Cabrero e Iñaki Badía y al hombre del tiempo Roberto Brasero.
La alcaldesa, Carmen Gutiérrez, junto a los productores Eva Cabrero e Iñaki Badía y al hombre del tiempo Roberto Brasero

En la tela de camisas y delantales, en las tapas de los bares y sobre todo en barquillas; unas frescas, otras maridadas y otras convertidas en helados. Ayer, la cereza volvió a ser la protagonista indiscutible de la feria que desde hace 15 años celebra la localidad de Bolea, por donde pasaron más de 4.000 visitantes y la mayoría se fueron cargados. Las ventas se calculan en unos 7.000 u 8.000 kilos.


La Feria de la Cereza se ha visto favorecida este año por el buen tiempo, igual que la cosecha. En el acceso al pueblo, los conductores hacían cola y la Guardia Civil los desviaba a un parquin improvisado en un campo aledaño a la carretera. Las riadas de visitantes se dirigían a la plaza Mayor, donde se habían instalado la mayoría de los puestos y donde se ofrecía una degustación. Las horas de mayor afluencia, entre las 12.00 y las 14.00, cuando resultaba casi imposible moverse.


Productores locales vendían en las paradas y en muchas casas particulares. Mientras, se seguía recogiendo en el campo para reponer existencias. Hasta nueve variedades se exponían en el puesto de la asociación de amas de casa ‘A Cerecera’, que mostraba con orgullo algunos frutos de calibres espectaculares. Su presidenta, Bibi Sanvicente, comentó "que el año pasado el tiempo no acompañó y la producción se resintió". "Espero que haya suficiente para que la gente que viene a visitarnos se vaya con el fruto. En Bolea todos producimos, unos con diez cerezos, otros con 200 y otros con 5.000", dijo felicitándose porque esta campaña haya "mucha calidad, en sabor, textura y sobre todo madurez".


Desde La Zaida (Zaragoza) llegaron Teresa Lansac, Miguel Reinado, José Luis Sánchez y María Jesús Rivera, junto a dos amigos de Zaragoza, Emilio Ruiz y Ana Nuez. "Nos enteramos por la televisión y nos decidimos a venir", comentó la primera. Esperaban irse con un par de cajas, pero antes iban a participar en las visitas guiadas a los monumentos.El otro gran protagonista

El otro protagonista de la jornada fue el hombre del tiempo de Antena 3 Roberto Brasero, invitado a inaugurar la jornada. En 2013 no pudo acudir y la meteorología tampoco acompañó la cosecha, pero esta vez se podría decir que llegó con una barquilla debajo del brazo. Reconoció que desde abril, cuando confirmó su asistencia, había estado "muy preocupado por el tiempo en esta zona". "Este año ha llovido y ha hecho calor cuando tenía que hacerlo. El resultado es este montón de cajas repletas de un fruto más grande que las canicas gordas con las que yo jugaba de pequeño", señaló, sorprendido también por el ambiente, la multitud y el paisaje de la Hoya de Huesca, con los Mallos de Riglos o el castillo de Loarre. "Es un territorio que nada tiene que envidiar en belleza al Pirineo, aunque deba convivir a la sombra del hermano mayor", dijo.


Brasero se movía como pez en el agua por la plaza, saludando a diestro y siniestro entre los puestos de cerezas. También los había de artesanía y de productos agroalimentarios, como almendras garrapiñadas de Pozán de Vero o dulces de Monegros.


Estaba representada, por ejemplo, la cooperativa de Bolea, que sacó 1.500 kilos y tenía además abierta la tienda habilitada para toda la campaña. Santiago Pisa, miembro de la misma, explicó que poco después de las 11.00, la hora de la apertura, ya había despachado una buena cantidad, a 3,25 euros el kilo. "Creemos que agotaremos todo, e incluso hay agricultores que siguen cogiendo y traerán para que nadie se vaya sin cerezas", aseguró, recordando que el mal tiempo del 2013 no propició que llegaran a estas fechas en condiciones óptimas de maduración. "Este año ha llovido, tienen más calibre, y con estos días de sol, bastante dulzor".Helados y tapas

A pocos metros, Iñaki Badía mostraba los helados elaborados con yogur y cereza en colaboración con la pastelería creativa Loa. "Hemos buscado un producto más de calidad y con valor añadido", contaba este oscense que junto a su pareja, Eva Cabrero, que es del pueblo, se decidió hace 3 años a plantar 2.000 árboles de seis variedades distintas para abarcar toda la campaña, desde finales de mayo a principios de julio. Este es el primero que salen al mercado. "Aquí se cultiva bien por su microclima, vamos a apostar por lo nuestro", comentó.