Semana Santa

El Santo Entierro tampoco sale en Huesca

En su lugar se celebró un acto religioso en la iglesia de Santo Domingo seguido por alrededor de 300 personas.

Imagen del Cristo Yacente
La lluvia impide salir a la procesión del Santo Entierro de Huesca
J. S.

La lluvia, finalmente, no ha dado tregua a los fieles oscenses y se ha convertido este viernes en el cofrade menos deseado. Alrededor de las 20.00 y tras una hora, aproximadamente, de deliberación, el portavoz de la Archicofradía de la Vera Cruz, José Luis Gómez, daba la noticia ante las alrededor de 300 personas que aguardaban en el interior de la iglesia de Santo Domingo y San Martín: la procesión del Santo Entierro quedaba suspendida. Ante el altar se encontraba ya la imagen del Cristo Yacente, custodiada por dos guardias romanos.


Comenzaba, a continuación, el acto religioso que suele celebrarse al finalizar esta procesión y que ha sido dirigido por el diácono de la Diócesis de Huesca, José Antonio Satué, quién ha recordado el significado para los cristianos de la Pasión y muerte del Mesías. Durante la liturgia, han sonado también tambores y cánticos, entonados por el coro de sibilias.


“Debemos darle gracias al Señor por entregarse por nosotros y por todas las personas que dan su vida, su tiempo y su amor en bien de la familia, de la Iglesia, de los jóvenes y de la sociedad”, aseguraba Satué durante su alocución. La ceremonia ha finalizado con la adoración de la imagen del Cristo Yacente por parte de diferentes representantes de la procesión, además de la corporación municipal. La talla permanecía después en el templo para que pudieran pasar a presentarle sus respetos el resto de fieles y podrá visitarse también mañana, día de Sábado Santo de 9.00 a 14.00.


La espera para ver si cesaba la lluvia, y el posterior anuncio de la suspensión de la procesión, se ha vivido con pena por parte de algunos de los participantes en el Santo Entierro, que esperaban en el interior de la iglesia junto a los fieles. “Estamos muy nerviosas, porque tenemos que salir a cantar al lado del Cristo. Hemos ensayado mucho”, confesaba Esperanza Oliván, una de las jóvenes que forma parte del coro de sibilas. Su compañera, Malena García, lamentaba no poder entonar en el exterior los cantos que habían preparado. “Aquí es más aburrido”, confesaba.


“Un vacío muy grande”

“Estamos un poco tristes por el día que hace, nos hubiera gustado salir, pero no puede ser”, lamentaba, por otra parte, Mariano Alastruey, uno de los miembros del grupo de romanos. “Las tallas son muy valiosas y no se puede arriesgar”, añadía Alastruey, quien confesaba además, haber sentido “un vacío muy grande”. “Es algo que lo vives, te gusta, lo llevas en la sangre”, comentaba. “Son momentos que ya se preveían y de alguna forma, nos habíamos ya hecho a la idea de no salir. De todas formas, siempre te queda la esperanza de que a última hora pueda cambiar el tiempo, pero ha sido imposible”, afirmaba, por otra parte, Javier Tolosana, secretario de la Archicofradía de la Vera Cruz.


Si el tiempo lo permite, a las 11.00 del domingo tendrá lugar la última de las procesiones previstas dentro del programa de la capital oscense, la del Resucitado, que parte de este mismo templo acompañada por cofrades con la cara descubierta y cuya imagen se encuentra en la plaza de San Pedro con la de la Virgen de la Esperanza, que parte, a la misma hora, de la catedral.