Huesca

De sede de Comisiones Obreras, a improvisado santuario

Los fieles oscenses colocan candados y cintas para recordar una imagen de la Virgen del Pilar oculta tras una pancarta en la fachada de la sede del sindicato.

Aún se puede ver la hornacina de la Virgen del Pilar en la sede de CCOO
De sede de Comisiones Obreras, a improvisado santuario
J. S.

Cintas de colores y candados como muestra de amor… o de devoción. Seguramente, a muchos viandantes les habrá llamado la atención su presencia en la reja del jardín del número 20 de la calle del Parque de Huesca, sede, además, del sindicato Comisiones Obreras. A los aficionados al cine y a la literatura les recordará, seguramente, la costumbre de los enamorados de prender candados en el puente Milvio de Roma, según relata Federico Moccia en su novela ‘Tengo ganas de ti’, para después tirar la llave al agua. Se practica también en otras ciudades, como en Moscú, en el puente Luzhkov, sobre el Moscova. Y mucho más cerca, en Zaragoza, en el puente de Santiago, bajo el que pasa el Ebro.


Sin embargo, en la capital oscense el amor que demuestran estos candados no es terrenal, sino divino. Según explican fuentes del sindicato, la presencia de estos candados y cintas no de debe a las parejas de enamorados, sino a los devotos que recuerdan, todavía, la presencia de una imagen de la Virgen en una hornacina esculpida en la fachada lateral del inmueble y que queda oculta a la vista bajo una pancarta del sindicato. “Hemos observado que cada día se colocan más y creemos que es esa la causa. A pesar de que la imagen se ha tapado, la gente la sigue recordando”, comentan dichas fuentes.


A día de hoy, son más de una decena los candados y las cintas de colores que recuerdan la devoción a esta imagen. En el Obispado de Huesca, aseguran haber conocido esta nueva costumbre por medio de comentarios realizados por los propios fieles. Según comentó Juan Carlos Barón, deán de la catedral, se trata de una imagen de la Virgen del Pilar, que las circunstancias han provocado que quedara oculta tras la pancarta del sindicato, “y que los fieles han decidido recordar de este modo”.

Las “casas de la Lotería”

El número 20 de la calle del Parque de Huesca es una de las conocidas como ‘las casas de la lotería’, uno de los edificios más característicos de la capital oscense. Como explica la arquitecto Lucía Broto en su libro ‘Las casas del Parque’, editado en 2007, las siete familias que las construyeron fueron agraciadas con el primer premio de la Lotería Nacional a finales de la década de los 20.


Fueron obra del arquitecto filipino Bruno Farina, quien había emigrado en aquella época a la capital oscense. Se erigieron entre 1929 y 1931 y el propio Farina residió, junto a su familia, en la casa ocupada actualmente por el sindicato. A pesar de tratarse de obras firmadas por el mismo autor, todas ellas son de estilos muy diferentes, respondiendo al gusto personal de sus propietarios. Aún así, mantienen características comunes, como miradores acristalados, galerías, balaustradas y forja. Otra de estas mansiones se encuentra ocupada por el Instituto de Estudios Altoaragoneses (el IEA).