Fuerte descenso de la cosecha de cereal oscense a causa del excesivo calor de mayo

La compra de abonos ha aumentado además los costes de producción en las explotaciones.

Imagen de archivo de una cosechadora en plena campaña.
Cosecha de cebada el año pasado en la comarca de Los Monegros, en Lalueza
Patricia Puértolas

La primavera no se lo está poniendo fácil a los agricultores de la provincia de Huesca. El calor excesivo de mayo unido a las escasas lluvias del mes anterior hace que miren con preocupación hacia la próxima cosecha de trigo y cebada, que dará comienzo en breve y de guisante, en cuyos campos ya se encuentran trabajando las máquinas. Se suman además unos altos costes de producción que no acaban de hacer rentables los precios en origen.


“Las lluvias de marzo nos hacían presagiar una buena cosecha, pero la falta de agua en abril y el fuerte calor de estos diez o doce días de mayo ha hecho que se viniese todo abajo”, señala José Fernando Luna, presidente de la organización agraria Asaja en la provincia de Huesca. Como asegura, hay fincas donde las plantas de cebada, trigo y guisante, “han muerto, aunque no a consecuencia de su ciclo vegetativo, sino de forma prematura a causa del calor y la falta de agua”.


Se ha creado así una situación de incertidumbre en el sector y también, señala Luna, “de desigualdad”, dado las diferencias en el rendimiento que se van a dar entre unas fincas y otras dependiendo de la variedad de cebada elegida y de la fecha de siembra, ya que las más tempranas, “han madurado un poco antes y no se han visto afectadas por el calor”. “Va a ser una cosecha muy mala, de muy bajo rendimiento, ya que estamos hablando de que se recogerán unos 2.000 o 3.000 kilos de producción por hectárea en la zona norte y entre 1.000 y 2.000 en la zona sur”, comenta el portavoz del sindicato agrario en la provincia de Huesca.


También se han visto aumentados, destaca, los costes de producción, dado que al esperarse, en un principio, una buena cosecha, ha sido también mayor el gasto en abonos, herbicidas y fungicidas efectuado por los agricultores. “Sin embargo, con los bajos rendimientos que vamos a obtener, y los bajos precios que se esperan en el mercado, no se van a poder cubrir los gastos de producción”, comenta Luna. Debe tenerse en cuenta además, apunta, la presencia de excedentes de la anterior campaña en el mercado, junto a la tendencia de dejar de destinar maíz para fines energéticos, lo que ha hecho “que se esté utilizando para pienso”.


“Esta abundancia de maíz ha hecho que haya una previsión de siembra a nivel mundial de muchas más hectáreas de soja, lo que hizo caer su precio y en consecuencia, el de la proteína, incluido el guistante”, relata Luna. Del mismo modo, la cebada tampoco ha tenido la oportunidad de entrar en formulación, abaratándose su precio. Todo ello lo resume Luna en una frase: “catástrofe en cuanto a kilos recolectados, aumento de los costes de producción a causa de que se presagiaba una buena cosecha y precios en origen bajos. Una campaña desastrosa”.

“Depender del tiempo siempre es problemático”

Como señala, por otra parte, Joaquín Solanilla, portavoz de la organización agraria UAGA en la provincia de Huesca, “depender del tiempo siempre es problemático”. El episodio de calor vivido en los últimos días ha afectado, recuerda, “a toda la provincia, aunque algo menos en las cotas altas”.


Calcula un descenso en la cosecha de guisante de la mitad respecto a otros años; mientras que en el caso de la cebada podría estar “entre un 30% y un 50% menos dependiendo de las zonas”. Así, en comarcas como La Litera, donde se suelen recoger unos 4.000 kilos por hectárea de media, este año se podrían quedar en tan solo 1.000. “Con el tiempo, es lo que hay, si hubiese llovido en mayo, habría una cosecha importante, pero al no llover, ha quedado como ha quedado”, añade Solanilla.


En principio quedan todavía excedentes de cebada de la anterior cosecha, que se importan de otros países. Sin embargo, destaca el portavoz de UAGA en la provincia, podrían darse problemas más adelante, hacia final de año, debido a la escasa producción que se espera esta campaña. Afirma también que los gastos de producción han aumentado este año, debido a que los precios de los abonos “también han sido mayores”.