Bebés con un pan... al otro lado de la balanza

La localidad oscense cumplió con la tradición de los pesajes en símbolo de ofrecimiento a la Virgen

Uno de los recién nacidos durante el tradicional rito en el santuario de Torreciudad.
Bebés con un pan... al otro lado de la balanza
Heraldo

El origen no importó ayer en la jornada más tradicional del santuario de Torreciudad. De Barcelona, Madrid, Valencia, Bilbao, Palencia o Pamplona, además de varios puntos de la geografía aragonesa, se acercaron familias para el pesaje y presentación de niños nacidos en el último año a Santa María. La tradición consiste en que el párroco introduce al niño en una canasta de mimbre, sobre uno de los brazos de la antigua balanza del santuario, y los padres, en símbolo de ofrecimiento a la Virgen, han de equilibrar el peso con productos de sus lugares de origen: tomate de Barbastro, aceite del Bajo Aragón, jamón de Teruel... Por la báscula también pasaron calabazas, litros de vino del Somontano y hasta una sandía de 9 kilos. En total se pesaron 21 bebés, 12 niños y 9 niñas, con edades que comprendían entre el mes y medio de vida, Jorge, de El Grado, hasta los doce meses de Mencía, de Barcelona. Los vecinos de las localidades cercanas al santuario y veraneantes de la zona acompañaron a los padres durante los diferentes actos programados para este día tan especial. Mientras que la chiquillería, ruidosa y abundante, disfrutó de una climatología idónea para la fiesta. Los actos terminaron con el popular reparto de ‘La Caridad’, piezas de torta elaborada en el horno de Secastilla, municipio al que pertenece el santuario, y vino ofrecido por Bodegas Obergo, situada junto a Ubiergo, pedanía de Secastilla. El canto de algunas jotas aragonesas y otras canciones dedicadas a la Virgen pusieron el punto final a una jornada plenamente festiva y familiar.