Siete años de prisión y un silencio voluntario

Santiago Mainar permanece estable ingresado en la UCI del Hospital Marqués de Valdecilla, a donde fue trasladado desde la cárcel.

Santiago Mainar, durante el juicio por el crimen de Fago.
Santiago Mainar, ingresado con pronóstico leve en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza
RAFAEL GOBANTES

Santiago Mainar era trasladado este lunes a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Valdecilla de Santander tras haber sido encontrado "desorientado" en su celda por uno de sus compañeros según explicaban fuentes penitenciarias. Al parecer, el condenado por el asesinato del alcalde de Fago, Miguel Grima, en enero de 2007, fue hallado inconsciente por "motivos desconocidos", según explicaba su hermana, Marisa Mainar, que tachaba de "vergonzosa" la actuación de las Instituciones Penitenciarias que no le habían avisado de lo ocurrido.


Mainar, que cumple una condena de 20 años y nueve meses por el asesinato del edil del municipio oscense, fue trasladado a El Dueso (Cantabria) en junio de 2011. Desde entonces, según ha explicado su hermana, las visitas se han reducido a prácticamente "una vez al año", puesto que fue el propio preso quien decidió cortar cualquier comunicación con el exterior.


El agente forestal zaragozano lleva cumplida un cuarto de su condena por al asesinato de Miguel Grima, cuyo cuerpo aparecía en una cuneta cercana al municipio de apenas 20 habitantes el 13 de enero de 2007. Tras descartarse la hipótesis de un atentado terrorista, la Guardia Civil abría una completa investigación que finalizaría casi tres años después, con la condena a 20 años y nueve meses de prisión para el pastor zaragozano.

Un pueblo marcado


Según contaban los vecinos por aquel entonces, Fago, lejos de lo que ese paraje pudiera prometer, no era un pueblo tranquilo. Las continuas disputas entre los vecinos, en las que se econtraba inmerso en muchas ocasiones el alcalde, Grima, y algunos vecinos como Mainar, habían convertido la localidad en un continuo vaivén de denuncias, disputas e, incluso, agresiones.


Los medios de comunicación pronto se hicieron eco de las rencillas vecinales, hasta que, unos días después del crimen, en febrero de 2007, Mainar se declaraba "único culpable del asesinato" ante la Guardia Civil como informaron fuentes de la investigación policial. El zaragozano se retractaría posteriormente en el Juzgado de Jaca al grito de "soy inocente".


Así pues, los meses posteriores a su detención se convierten en una auténtica batalla entre la verdad de unos y de otros, que acabará el 4 de diciembre de 2009 con la condena definitiva a Mainar, ratificada posteriormente por el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional.