Los Penitentes regresan

Unas 600 motos ruedan ya por la frontera hispano francesa en la prueba mototurística más dura de toda Europa. 

La Ruta de los Penitentes congrega cada año a unos 600 participantes
La Ruta de los Penitentes congrega cada año a unos 600 participantes

Más de 20 horas de conducción, alrededor de 600 motos y decenas de puertos de montaña. La novena edición de la ruta motera más dura de toda Europa ha comenzado este sábado en el Pirineo Oscense. A las 6.00 de la mañana han comenzado a sonar, en Baños de Panticosa, los motores de unos Penitentes que recorrerán un año más los enclaves más recónditos de las montañas del Pirineo francés y aragonés.


"Son muchas horas de conducción con unas condiciones climáticas que suelen ser duras. No solo se trata de la conducción sino de la orientación y sobre todo de la resistencia", explica Javier Bernal, presidente del Club Monrepós y organizador de la ruta Penitentes.


Las condiciones más duras, la satisfacción más grande


El Club aragonés Monrepós, organizador de esta marcha no competitiva, lleva nueve años congregando apasionados de la moto, la aventura y la naturaleza. 800 kilómetros de carretera que para muchos son una auténtica penitencia.


"Los pilotos ruedan por carreteras de montaña muy estrechas que en algunas ocasiones se convierten en pistas pastorales, atraviesan 20 puertos de montaña y tienen que lidiar con unas condiciones climáticas no siempre favorables", explica. La lluvia, el agua nieve o la niebla suelen acompañar a los participantes.  "Es así como se conoce lo más recóndito y bello del Pirineo", confiesa el organizador.


Para añadir emoción, los pilotos se adentran en una aventura de la que no se conoce ni el recorrido. "El itinerario es un secreto. Horas antes de salir les proporcionamos un libro tipo rally donde está marcada la ruta y los enclaves turísticos más importantes".


La hora de regreso suele ser las 19.00 aunque, según comentan desde la organización, los últimos suelen llegar a las 5.00 de la mañana. "Todo depende de la técnica, de la forma de conducción y sobre todo de la moto", sostiene el presidente.


Pero en lugar de intimidar, esta prueba fascina cada año a más aficionados de las motos. "Ha venido representación de 8 países. Hay gente de Portugal, dos chicas alemanas, franceses, italianos, incluso gente de Turquía", comenta Bernal. El presidente reconoce que salvo dos o tres ciudades españolas, hay motos de todos los puntos del país. 


Todos quieren saber cómo es la sensación de quedarse a solas con el libro guía, la moto y el Pirineo. Porque este último es la verdadera razón de ser de esta emocionante prueba. "Queremos que el Pirineo lejos de ser una frontera que separa sea un punto de encuentro, de unión entre las culturas que nuestros antepasados compartieron", asegura Bernal.


Un repunte en temporada baja


Tras pasar casi todo el día subidos a la moto los asistentes regresan a Baños de Panticosa donde suelen relajarse en las instalaciones del balneario. Para los comercios y los establecimientos hosteleros supone una dosis de optimismo tras el comienzo de la temporada baja. "El complejo hotelero de Panticosa y el resto de alojamientos de la zona están al 100% porque la gente suele hacer unas dos o tres pernoctaciones por la ruta", apunta Bernal.


Desde el Ayuntamiento de Panticosa también resaltan la importancia de la prueba para la zona. "Es el segundo año que participamos y estamos muy contentos. Supone un revulsivo económico muy importante en época de temporada baja para los hosteleros", explica Elena Guillen concejala de deportes de la localidad.


Asimismo desde la organización destacan la acogida de las autoridades francesas y el Ayuntamiento de Pou y el apoyo de la Federación Aragonesa de Motociclismo.


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