Huesca

Educación suspende las becas del programa de recuperación de pueblos abandonados

Búbal, el único pueblo aragonés beneficiario del programa, lleva 29 años recibiendo a alumnos de toda España que trabajan en su recuperación.

Imagen de archivo de estudiantes en Búbal
Educación suspende las becas del programa de recuperación de pueblos abandonados
DGA

Cada año desde los últimos 29, unos 1.400 estudiantes de diferentes niveles y de todos los rincones de España han trabajado en la recuperación del pueblo oscense de Búbal. Todos ellos formaban parte del programa de recuperación y utilización educativa de pueblos abandonados impulsado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Ahora, este departamento ha decidido suspender la aportación para las becas de este programa y, de momento, la llegada de alumnos a Búbal este curso está en el aire.


“Este es un programa que había soportado cambios de gobiernos centrales y autonómicos”, dice uno de sus trabajadores. “Hay que plantearse la situación porque esto es muy serio, no es un biblioteca en la que se cierra sus puertas y ya está”, añade.


El programa de recuperación y utilización educativa de pueblos abandonados empezó a funcionar en el año 1984. Desde el principio ha estado centrado solo en tres localidades españolas: Búbal, Granadilla (Cáceres) y Umbralejo (Guadalajara).


Esta actividad de apoyo ha llevado cada año hasta estos pueblos abandonados a miles de alumnos de Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional y hasta universitarios. Los jóvenes conviven y trabajan durante unos días en los pueblos y se acercan a la vida rural, ellos que residen durante todo el año en zonas urbanas.


Uno de los objetivos del programa, según las bases del proyecto, es brindar a los alumnos la posibilidad de “comprender la necesidad de un cambio de actitudes para asegurar el equilibrio futuro del hombre con su entorno”.


Sin partida presupuestaria

En 2012, el Ministerio de Educación destinó poco más de 366.000 euros para las convocatorias del periodo lectivo y estival del programa. De la partida de los Presupuestos Generales del Estado que 'alimenta' estas becas (denominada 'Apoyo a otras actividades escolares' y que incluye un total de nueve actividades), no hay ni rastro en las cuentas de 2013. Detrás de esta decisión parecen estar los ajustes presupuestarios.


A Búbal llegaban alumnos nueve de los 12 meses del año. “Entre marzo y diciembre de cada año, unos 1.400 alumnos pasaban por aquí. El año pasado hubo 45 centros educativos de toda España”, indican las mismas fuentes.


Además del Ministerio de Educación, que es la piedra angular del programa porque es quien 'lleva' a los alumnos a través de la convocatoria de becas, forman parte de este programa las carteras de Fomento y Medio Ambiente y el Gobierno de Aragón. Por eso los trabajadores reclaman que las administraciones implicadas se reúnan y analicen en qué situación les deja la suspensión de becas del Ministerio.


Por lo pronto, el departamento que dirige José Ignacio Wert ha convocado una reunión a principios de marzo en Madrid a los directores generales de Educación de Aragón, Castilla-La Mancha y Extremadura. Presumiblemente, en esta reunión el Ministerio explicará las razones de la suspensión de las becas. Desde el Gobierno de Aragón han preferido no desvelar ningún detalle de las peticiones que llevarán a esa reunión porque quieren esperar las explicaciones ministeriales.


El pueblo pertenece a la DGA

Aunque los 13 trabajadores del Gobierno de Aragón que trabajan en Búbal no ocultan su preocupación, la situación en la que se queda el pueblo aragonés es, de lejos, mejor que la de los otros pueblos del programa.


Granadilla y Umbralejo pertenecen al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, a diferencia de Búbal, que es mayoritariamente propiedad de la Diputación General de Aragón. La otra parte del casco urbano y el monte pertenecen a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), a la sazón el Ministerio de Agricultura.


Estas circunstancias hacen que los trabajadores y el futuro del pueblo altoaragonés no dependan de Madrid y si el Gobierno central decidiera finalmente no recuperar este programa, el Gobierno de Aragón podría diseñar uno similar y el trabajo en el pueblo continuaría.


Pero de momento, todo son incógnitas. Los trabajadores afirman que ya se está trabajando en alternativas de futuro, aunque hasta la reunión de marzo todo son suposiciones, y confían en una solución satisfactoria. Ellos mismos afirman que sin chavales en las calles del pueblo Búbal no luce igual.