HUESCA

Un administrador se hará cargo de las diócesis de Huesca y Jaca tras la marcha de Jesús Sanz

La Santa Sede hará público hoy a las 12.00 el nombramiento del actual prelado como nuevo arzobispo de Oviedo.

Jesús Sanz, durante la ceremonia en la que que fue ordenado obispo de Huesca, en diciembre de 2003
Un administrador se hará cargo de las diócesis de Huesca y Jaca tras la marcha de Jesús Sanz
J. B.

Seis años después, las diócesis de Huesca y Jaca vuelven a quedarse hoy sin obispo. El Vaticano anunciará a las 12.00 el nombramiento del actual prelado, Jesús Sanz, como nuevo arzobispo de Oviedo. Justo después, Sanz ha convocado una rueda de prensa en la que dará más detalles de su marcha. Hoy mismo, la Santa Sede también podría hacer público el nombre del administrador apostólico que asumirá sus funciones hasta que se designe un nuevo responsable de las dos diócesis afectadas por este cambio.

 

Si así fuera, el elegido (también es posible que se nombre a dos personas distintas, una para cada obispado) tendría que ser un obispo de alguna demarcación cercana, como Barbastro o Zaragoza, que ostentaría todos los derechos, facultades y deberes propios de un prelado durante el tiempo que Roma tarde en elegir al sucesor de Jesús Sanz.

 

Así ocurrió la última vez que las dos sedes episcopales quedaron vacantes, en 2001. El entonces obispo de Barbastro-Monzón, Juan José Omella, tomó posesión como administrador apostólico de Huesca el 16 de septiembre por la jubilación de Javier Osés, que falleció el 22 de octubre de ese mismo año. Apenas dos días antes, Omella se tuvo que hacer cargo también de la diócesis de Jaca por la muerte de su titular, José María Conget, el 18 de octubre.

 

En caso de que el Vaticano decida no designar un sustituto interino (suele ocurrir cuando está previsto que el sucesor se va a conocer en un breve plazo de tiempo), será el Colegio de Consultores de cada una de las dos demarcaciones la que deberá nombrar a la mayor brevedad posible un administrador diocesano, que tendría unas atribuciones mucho más limitadas que el apostólico, según explicaron fuentes de la Iglesia. Lo habitual es que este consejo, formado por alrededor de media docena de miembros con distintas responsabilidades dentro de la diócesis, escoja al vicario general o al presidente del Cabildo Catedralicio.

 

La interinidad del obispo barbastrense se prolongó durante dos años, hasta que el 23 de octubre de 2003 el Papa nombró a Jesús Sanz obispo único para Huesca y Jaca bajo la fórmula 'in persona Episcopi' (en la persona del obispo), es decir, conservando cada diócesis su autonomía aunque con un mismo responsable.

 

Ahora, el Vaticano puede optar por volver a utilizar esta fórmula (que nunca ha resultado del agrado del propio obispo ni de los fieles), designar a un obispo para cada diócesis o bien unificarlas en una sola, una posibilidad que ya se barajó en 2001 y que provocó cierta incertidumbre. Entonces, surgieron voces contrarias a la concentración por motivos históricos, prácticos (hay poca población, pero muy dispersa) e incluso políticas (Aragón perdería peso en la Conferencia Episcopal).

 

En todo caso, la renuncia de Sanz como obispo de Huesca y Jaca conllevará también el cese inmediato de toda la curia de cada una de las diócesis, salvo sus respectivos vicarios judiciales y ecónomos, ya que se considera que estos son imprescindibles para su buen funcionamiento.

 

Pero la decisión sobre el nuevo obispo puede tardar meses e incluso años en llegar. Y una vez nombrado por el Pontífice, el tiempo que tarde en incorporarse a su destino también puede variar en función de si se traslada al prelado desde otra diócesis o el elegido no es obispo todavía. En este supuesto, la toma de posesión se demoraría un poco más, puesto que antes tendría que ser consagrado.

 

Es lo que sucedió con Jesús Sanz, cuya ceremonia de ordenación episcopal se celebró en Huesca el 14 de diciembre de 2003. Una semana después, el 21 de diciembre, tomó posesión como obispo de Jaca.