La teniente Pardos, del Airbus A400M a las aulas de Grañén

La teniente Olga Pardos, la única mujer entre los 30 pilotos del Ala 31 de Zaragoza, ha mantenido un encuentro con estudiantes monegrinos antes de embarcarse en su primera misión internacional a los mandos de la aeronave de transportes más potente del Ejército del Aire.

Olga Pardos, en los pasillos del IES Montes Negros de Grañén.
Olga Pardos, en los pasillos del IES Montes Negros de Grañén.
P. P. A.

A las puertas de embarcarse en su primera misión internacional a los mandos de un Airbus A400M, la aeronave de transporte más potente del Ejército del Aire, la teniente Olga Pardos, natural de Zaragoza, ha compartido este miércoles un encuentro con alumnos y alumnas del IES Montes Negros de Grañén.

La actividad ha estado enmarcada en el ciclo ‘Mujeres de Acción’, que ofrece a los jóvenes ejemplos de mujeres empoderadas, que rompen con los prototipos establecidos y que luchan por alcanzar sus metas. La joven teniente, de 25 años de edad, ha encajado a la perfección en el perfil buscado. De hecho, ha logrado materializar algunos de sus mayores anhelos.

Desde niña, según ha explicado, siempre sintió atracción por el Ejército. Al llegar las fiestas del Pilar acudía con sus padres a la Feria de Muestras de Zaragoza, donde su pabellón preferido era el dedicado a las Fuerzas Armadas. Arrasaba con todos los objetos a su alcance: pósteres, bolígrafos, folletos… y soñaba con llegar un día a estar entre ellos. Y lo ha conseguido. Actualmente, es la única mujer entre los 30 pilotos que forman parte de la unidad del Ala 31 ubicada en la Base Aérea de Zaragoza.

Olga Pardos, durante su intervención ante los chavales del IES Montes Negros de Grañén.
Olga Pardos, durante su intervención ante los chavales del IES Montes Negros de Grañén.
P. P. A.

Para explicar el escaso porcentaje femenino, extensible al resto de ramas del Ejército español, donde las mujeres no llegan al 13%, la joven teniente alude a su reciente incorporación. De hecho, su acceso fue aprobado en 1988, aunque tuvo que pasar casi otra década para acabar con todas las restricciones de sexo. También reconoce que necesitan de más referentes.

"Las nuevas promociones cuentan con un número cada vez mayor de mujeres y por lo tanto, ese porcentaje irá subiendo. Todavía nos faltan referentes femeninos, pero cada vez seremos más y otras desearán seguir nuestros pasos. Ahora mismo, la mujer puede ser lo que desee dentro del Ejército", ha explicado, señalando que el acceso a la formación o los ascensos se basa únicamente en méritos. "Yo nunca me he sentido discriminada. He sido una más y he tenido las mismas oportunidades que mis compañeros", ha afirmado.

A través de un lenguaje cercano, y con el recuerdo fresco de su paso por las aulas, la teniente, que se graduó hace tan solo un año, ha logrado enganchar a su joven auditorio, al que deseaba transmitir un claro mensaje. "Me gustaría que vieran que, independientemente de cuál sea su objetivo o lo que quieran llegar a ser, dan igual los obstáculos, ya que con esfuerzo, trabajo y estudio, se puede conseguir. Y si no se consigue por cualquier circunstancia de la vida que no sea porque no lo hayan intentado", ha señalado Pardos, justo antes de comenzar su ponencia.

La teniente ha puesto imágenes a su día a día. Su avión, el Airbus A400M, impone incluso a través de la pantalla. Tiene cuatro motores, 42 metros de envergadura y puede transportar hasta 37 toneladas de carga. "Todo un bicho", ha dicho de forma coloquial, zanjando la enumeración de las características de un modelo de avión elegido para diferentes misiones, entre las más recientes, la evacuación de civiles de Afganistán tras la toma de Kabul por parte de los talibanes.

La piloto del Ejército del Aire, con alumnos y profesores.
La piloto del Ejército del Aire, con alumnos y profesores.
P. P. A.

Olga Pardos está emocionada ante la cercanía de su primera misión internacional, donde deberá pilotar el A400M hasta Turquía, con el fin de participar en el intercambio de las tropas desplegadas en este país. Su seguridad y arrojo no dejan espacio al nerviosismo. "Por fin, voy a hacer lo que quería hacer cuando ingresé en el Ala 31 del Ejército del Aire. Me siento tranquila y preparada. Han sido muchas horas de estudio y entrenamiento, en su mayoría a través de simuladores, ya que las horas de vuelo real suponen un gran coste y son limitadas", ha señalado. Hasta ahora, su experiencia se había limitado al espacio aéreo nacional, a excepción de un viaje como observadora de otros pilotos más experimentados hasta Bosnia y Herzegovina.

Aunque sin referentes en su entorno más cercano, Olga Pardos ha explicado cómo fue tomando forma aquel sueño infantil alimentado por sus visitas a la Feria de Muestras y las películas de ficción. Y es que, tal y como ha explicado, la opción de ingresar en las Fuerzas Armadas se ajusta a la perfección a su pasión por el vuelo y, al mismo tiempo, al estilo de vida que anhelaba. "Soy una persona muy activa, con ganas de viajar, aprender y ayudar; justo lo que me brinda mi profesión".

"Para mí, el Ejército lo es todo; es mi trabajo y mi vida. Me ha dado la oportunidad de estudiar una carrera y de formarme como piloto, adquiriendo una serie de conocimientos teóricos y prácticos a los que es imposible acceder de otra forma. Me ha aportado un gran aprendizaje personal y profesional. Mis compañeros son mi otra familia", ha concluido, agradeciendo la invitación formulada por el IES Montes Negros y el Ayuntamiento de Grañén, impulsores del ciclo ‘Mujeres de Acción’.

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