LOS TEMAS DE CAMPAÑA

El plan estrella de la nieve que naufragó a la sombra del 28-M

La unión de estaciones, en el foco del debate político desde hace meses, todavía va a dar que hablar en esta campaña, pese al descarte oficial del proyecto.

Firma del acuerdo entre la DGA, la Diputación, Formigal y Astún el 14 de febrero del 2023.
Firma del acuerdo entre la DGA, la Diputación, Formigal y Astún el 14 de febrero del 2023.
Guillermo Mestre

El sueño de hacer realidad la unión de estaciones apenas duró 86 días. Es el tiempo transcurrido desde la aprobación de la ayuda de 26 millones de euros de los fondos europeos hasta el primer informe de la Diputación de Huesca cuestionando que hubiera tiempo suficiente para hacer la obra. En esas 12 semanas, la contestación en la calle fue ‘in crescendo’, se evidenciaron las desavenencias entre el PSOE de Huesca y el de Zaragoza y los socios de gobierno de Javier Lambán mostraron abiertamente su desacuerdo, con palabras y con hechos. Al proyecto no le ha sentado bien la cercanía de las elecciones municipales y autonómicas, ni en la capital aragonesa ni en el Pirineo, donde los alcaldes que en su día respaldaron el plan temían sus efectos en las urnas.

La construcción de una telecabina de 4 kilómetros para unir las estaciones de Astún y Formigal, a través del valle de Canal Roya, con un presupuesto total de 38 millones de euros, complementado con el proyecto de conexión entre Astún y Candanchú, iba a convertir la nieve de Aragón en el mayor dominio esquiable del Pirineo. "Sumarán casi 300 kilómetros y nos pondrán en el puesto número 11 del ranquin de las estaciones más grandes del mundo", proclamó la consejera de Economía y presidenta de Aramón, Marta Gastón.

Fue la Diputación de Huesca, de acuerdo con la DGA, la que asumió la promoción de la obra, ya que los fondos europeos del plan de turismo sostenible iban destinados a entidades locales. Se retomaba así una aspiración de alcaldes y empresarios que se remonta dos décadas atrás.

El Ayuntamiento de Jaca ya pidió en 2005 a la DGA estudiar el proyecto mientras se negociaba con los municipios de la Jacetania y el Alto Gállego un Plan de Ordenación de Recursos Naturales (PORN) del macizo de Anayet y valles limítrofes, del que localidades como Canfranc quisieron sacar la Canal Roya pensando en los futuros proyectos de conexión de las pistas de esquí.

La oportunidad brindada por los fondos europeos lo ha resucitado en un momento de ebullición política, a las puertas de las elecciones municipales y autonómicas. Así, el claro respaldo de ayuntamientos como el de Jaca se tornó, a finales de abril, en rechazo a las obras por Canal Roya para pedir alternativas con mayor consenso. Ningún partido salió a defender claramente la unión de estaciones: PSOE y PAR apoyaron la iniciativa de CHA y PP y Vox se pusieron de lado con su abstención.

Un paso atrás

Fue la primera muestra del paso atrás dado por el territorio que había pedido insistentemente en los últimos años la unión de las estaciones. Solo dos meses antes, sin fisuras y con una sola voz, alcaldes y empresarios de los valles del Aragón y Tena se reunieron en la Diputación para hacer un frente común y defender la construcción de un gran dominio esquiable que permitiera competir con los grandes centros invernales de Cataluña y Andorra.

¿Qué cambió en este tiempo? Una de las respuestas está en la creciente oposición social, expresada en la calle y a través de colectivos científicos, y su repercusión electoral. Hasta la Federación Aragonesa de Montañismo, reacia a pronunciarse, acabó pidiendo "parar y reflexionar".

El presidente aragonés, defensor hasta el final de la sostenibilidad del proyecto, acabó reconociendo que no contaba con la "reacción" de parte del Pirineo. "Se me antoja francamente difícil hacer algo en contra del territorio, que es el origen de la petición", dijo Javier Lambán.

El proyecto saltó por los aires la semana pasada. No fue una sorpresa. La Diputación de Huesca ya había advertido el 16 de marzo al vicepresidente, Arturo Aliaga, y a la consejera Marta Gastón del riesgo de no llegar a los plazos marcados por Europa y de perder los 26 millones de euros de subvención, a causa de la larga tramitación administrativa y de la posible judicialización del asunto. Miguel Gracia alegó razones técnicas, pero su preocupación también iba dirigida a los posibles efectos electorales. "No puedo engañar, tener un informe y esperar a contarlo el 29 de mayo", justificó, en referencia a los informes de sus técnicos sobre el "más que previsible" incumplimiento del calendario.

Según sus cálculos, habría que esperar a febrero de 2024 para licitar la fabricación de la telecabina, cuando Europa exige tener el 50% de los trabajos ejecutados a 31 de diciembre de 2024. Plazos que la DGA siempre ha discutido convencida de que sí se llega.

El pleno de la Diputación dio carpetazo definitivo al proyecto el pasado miércoles, con la abstención del PP, y pidió la reasignación de los 26 millones de euros a otros proyectos, algo en lo que la DGA ya está trabajando con el Ministerio.

Oposición activa

Mientras, el líder del PP-Aragón y candidato a la DGA, Jorge Azcón, exige responsabilidades al PSOE y le culpa del malogrado proyecto por la "división interna" en el cuatripartito y en las propias filas socialistas. "Es la crónica de un fracaso previsible", dijo también el presidente provincial del PP, Gerardo Oliván. Y en la misma línea habló Ciudadanos. El candidato Carlos Ortas responsabilizó a los socios de Lambán de «auspiciar» la contestación social en la calle.

Podemos y CHA han hecho una oposición activa, como demuestran las gestiones para resucitar el espacio protegido de Anayet y la negativa del consejero de Vertebración del Territorio, José Luis Soro, a firmar la aprobación inicial del expediente que arrancaría la tramitación del Plan de Interés General de Aragón (PIGA) de la unión de estaciones. Ya han pedido blindar Canal Roya para bloquear definitivamente la conexión en ese valle.

La campaña electoral empieza este viernes con el proyecto desactivado pero presente en el debate político. La incógnita sobre si resurgirá o no, ya sin el respaldo financiero de los fondos europeos, se despejará después de la noche electoral, dependiendo de quién sea el inquilino del Pignatelli y quién ocupe los asientos en los ayuntamiento y la Diputación.

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