La cuenca del río Aragón vuelve a entrar hoy en emergencia por la sequía

El embalse de Yesa alcanza el nivel crítico cuatro meses antes que en 2022. 

La sequía en el embalse de Yesa deja a la luz las antiguas termas de Tiermas.
Imagen de archivo del embalse de Yesa, cuyo bajo nivel deja a la luz las antiguas termas de Tiermas.
Verónica Lacasa

Poco ha durado la normalidad en la cuenca del río Aragón. En apenas dos meses ha pasado de la prealerta a la alerta y este viernes escalará a la situación de emergencia, volviendo a pintarse de rojo en el mapa de la sequía debido a la escasez de sus reservas. El embalse de Yesa se encuentra al 56% de su capacidad, con 253 hectómetros cúbicos de los 477 del volumen total.

El avance de los índices de sequía que realiza a mitad de mes la Confederación Hidrográfica del Ebro apuntaba a que para finales de abril, "si no mejoran las condiciones actuales", entrarán en emergencia la cabecera y el eje del Ebro, el Bajo Ebro (embalse de Mequinenza) y los ríos Aragón y Arba.

Pero finalmente, en el caso de la cuenca del Pirineo aragonés, la sequía se ha acelerado y será antes de esa fecha. Según los regantes del Canal de Bardenas, el Aragón pasará hoy al nivel más crítico por la escasa reserva del embalse de Yesa, su única fuente de abastecimiento. Regresa de nuevo al umbral de emergencia, en el que ya permaneció entre agosto del 2022 y enero del 2023, y lo hace cuatro meses antes que el año pasado.

El buen dato de la reserva nival de enero, gracias a las nevadas en el Pirineo occidental, en la comarca de la Jacetania, se ha quedado en nada, ya que debido a las altas temperaturas y al deshielo anticipado apenas ha llegado a los ríos ni a los embalses.

Una escasa dotación

El Canal de Bardenas está repartiendo desde el jueves una dotación media de 2.084 m3/ha, "equivalente, por ejemplo, a tan solo dos riegos por inundación para todo lo que queda de campaña", según esta comunidad. "Nunca había visto que el cereal de invierno no se vaya a poder salvar en algunas explotaciones", comentó su presidente, José María Vinué, quien únicamente confía en que llueva algo en unos días.

La reserva actual es claramente insuficiente para garantizar el crecimiento de las siembras de invierno, por no hablar de las que se realizan en primavera para regar durante el verano, sobre todo el maíz y el arroz. "Habrá que cambiar de cultivos o incluso dejar de sembrar. Nos faltan 100 hectómetros en el embalse de Yesa para llevar adelante la campaña. Esto nos hace pensar en no sembrar en primavera los cultivos de verano, que son los más rentables, e intentar salvar lo que podamos de los de invierno, pero no todos se van a poner regar", declaró Vinué.

Para el presidente del Canal de Bardenas, lo importante sería la declaración de sequía prolongada, que permitiría, por ejemplo, rebajar los caudales ecológicos, el agua que deben verter los embalses para garantizar el mantenimiento del río. "Y en esta situación de emergencia lo único que podemos hacer es ser rigurosos con las normas que tenemos aprobadas en las comunidades de regantes. Hay menos para repartir y hay que hacer que dure más siendo más rácanos", manifestó Vinué, quien comentó que los regantes de su comunidad le preguntan todos los días qué se puede hacer. "Mirar al cielo y esperar. Parece que abril ya no nos dejará lluvias, a ver qué pasa en mayo y a ver si al menos nos ayuda a salvar los cultivos actuales".

El responsable del Canal de Bardenas hizo hincapié "en el esfuerzo de los regantes, a pesar de la situación tan drástica que tenemos, para garantizar los abastecimientos a Zaragoza y otras poblaciones desde el embalse de Yesa". No obstante, la propia Confederación ha enviado cartas a los ayuntamientos en las que hace un llamamiento al ahorro de agua.

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