La lección de civismo con una lata de cerveza arrojada hace 47 años en Ordesa

Joan María Vendrell, guarda de Góriz, aprovechó el ‘hallazgo’ para recordar que la basura permanece para siempre en la montaña. "Si eres capaz de subirla llena, ¿por qué no bajarla vacía?".

La lata encontrada por el guarda de Góriz.
La lata encontrada por el guarda de Góriz.
Joan María Vendrell

Un residuo tan simple como una vieja lata de cerveza ha servido a Joan María Vendrell, guarda del refugio de Góriz (Fanlo), para dar una lección de civismo a los montañeros que ‘olvidan’ la basura en sus incursiones por el Pirineo. El viernes se la encontró, entre las piedras, en las faldas del Tobacor, un pico de 2.700 metros cercano al albergue y situado en el interior del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.

“Me la llevé al refugio. Era bastante vieja e incluso la limpié para ver si podía averiguar de qué época era. Salió la fecha, con una caducidad de 1975. Me hizo gracia pero al mismo tiempo me dio pena y pensé en utilizarla para concienciar a la gente porque esa lata ha estado en Ordesa casi 50 años”, explica. Y pese al tiempo transcurrido y a las inclemencias del tiempo en cotas tan altas, apenas se había deteriorado. Mantenía casi intacto el dibujo exterior. 

A través de las redes sociales del refugio, Vendrell ha escrito: “Trata de no ser recordado como un cerd@ 47 años después de tus actos! La basura no se la lleva el viento, ni la lluvia, ni la nieve… permanecerá allí para siempre en la montaña como tu mala conciencia".

Los guardas insisten mucho en sensibilizar a los montañeros que visitan los refugios para que no abandonen ningún tipo de residuo. “A estos sitios no viene el camión de la basura a recoger nada, ni hay barrenderos, lo que dejas ahí se queda ahí”, dice.

La lata de cerveza encontrada cerca de Góriz de hace 47 años.
La lata de cerveza encontrada cerca de Góriz de hace 47 años.
Joan María Vendrell

Lo que más le sorprende es que haya montañeros capaces de subir en la mochila una lata de cerveza o una botella de vino llenas “y no se las lleven vacías, cuando pesa mucho menos”. Es una lucha continua, comenta Vendrell, aunque reconoce que la mayoría de los visitantes es muy responsable.

Los refugios de altura como Góriz gestionan su propia basura con un coste considerable de retirada, ya que tienen que bajarla en helicóptero. Por eso piden a los montañeros que se lleven en sus mochilas la botella o el papel que traen cuando entran en el alojamiento. En todo caso, recuerda el aguarda, siempre será mejor que la dejen en el refugio a que la tiren en el monte.

En la Pradera de Ordesa se optó por retirar las papeleras porque en temporada de máxima afluencia acababan rebosando. Se quitaron por la pandemia pero ya no se volvieron colocaron. Joan María Vendrell cuenta que en las Gradas de Soaso, en el camino a la cascada de la Cola de Caballo, el Parque decidió poner una vez un contenedor. “Cuando al cabo de una semana fueron a buscarlo, no se veía. La basura llama a la basura. Si subes algo, lo mejor es llevártelo, porque a Torla sí va el camión”. Para él, la solución no es poner papeleras “sino que cada uno sea responsable de los residuos que genera y se los lleve tal y como los ha subido, que pesarán menos en la bajada”.

Su publicación ha generado decenas de comentarios, entre ellos el de un montañero que cuenta que cuando comenzó a salir en 1972, en los cursillos de iniciación a la alta montaña o la escalada en hielo o en roca, les indicaban que, con la basura, “se hacía un hoyo y se enterraba”. “Fue en el refugio francés de Pombie donde por primera vez me entregaron una bolsa y me dijeron que la basura mejor para mi casa. Fue una sorpresa, no estábamos acostumbrados. Y por muy lógico que parezca ahora, antes es lo que nos enseñaban”, dice, intentando explicar que la conciencia y las normas cambian y lo que hoy es evidente, antes no lo era tanto. 

La cartelería del Parque Nacional no solo prohíbe tirar basura al suelo sino que advierte de sus consecuencias al medio ambiente: ocasiona la muerte directa de especies, propaga enfermedades, provoca la colonización de un lugar por especies exóticas invasoras, interactua con la flora y fauna del entorno y afecta a la salud de la vida silvestre y de los humanos.

Charlas divulgativas

El plástico es uno de los materiales que más tiempo necesita para descomponerse, entre 100 y 1.000 años, pero también una cáscara de naranja puede permanecer en la naturaleza medio año hasta degradarse.

El albergue del valle de Ordesa es un ejemplo de que la labor de estos alojamientos de alta montaña va más allá de dar comida y cobijo. Desde hace unas semanas, ha iniciado un programa titulado 'Descubriendo Góriz' en el que a través de 'Instagram Live' divulga temas relacionados con los protagonistas de su entorno.   

El pasado día 30  contó con Fernando Carmena, naturalista de profesión. También han pasado por estas transmisiones de vídeos en vivo Miguel Bartolomé, científico, geólogo y espeleólogo, conocedor de la Ordesa subterránea; la directora del Parque Nacional, Elena Villagrasa; el pastor Luis Sorrosal; o el conocido deportista Kilian Jornet.

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