Las obras para terminar con los graves problemas de filtraciones que desde el mismo día de su inauguración, el 14 de noviembre de 1967, soporta el edificio con forma piramidal de la antigua universidad laboral de Huesca, están en su recta final. Situado junto a la carretera de Zaragoza, es el salón de actos de dos espacios docentes que comparten el nombre de Pirámide: el instituto de secundaria y el centro público integrado de formación profesional.

Además, 56 años después de su construcción, se ha convertido en un icono de la ciudad de Huesca, especialmente para los conductores que llegan por la autovía desde la capital aragonesa. Muchos de ellos ya habrán observado que el color de la pirámide, de 25 metros de altura, ha empezado a trasmutar. El blanco, que con las décadas y el agua empezó a volverse gris, se combina con el marrón en un baile que rectángulos que se alzan hacia el vértice.

El colorido remata una intervención que comenzó el pasado mes de enero y que ha supuesto un nuevo acabado de la cubierta, a base chapa sujeta mediante una subestructura de rastreles y anclada puntualmente al armazón existente de la Pirámide. Entre ambos se ha colocado un aislamiento térmico.

Para solucionar el problema de entrada de agua en el edificio se ha intervenido, además, en las cubiertas planas o terrazas anexas al poliedro, que se ha reparado con un nuevo acabado de cubierta. También se están arreglando o sustituyendo algunos de los elementos de evacuación del agua de lluvia de estos tejados.

Impacto visual

Tal vez se considere excesivo el impacto visual, pero en su origen la pirámide fue oscura. Los problemas de goteras motivaron que al cabo de pocos años se retiraran las losas de la superficie (algunas se colocaron en espacios interiores del centro) y se pintó de color blanco.

En todo caso, el cambio tiene el visto bueno de Dirección General de Patrimonio Cultural del Departamento de Educación, ya que el edificio está desde 2008 declarado Bien Catalogado del patrimonio cultural aragonés. Diseñado por el arquitecto José López Zanón, el conjunto se proyectó según modernos criterios de organización espacial. La pirámide se convirtió desde el primer momento en un hito perceptible desde la lejanía y en el principal contrapunto de la horizontalidad del edificio.

Las obras tienen un coste de 394.000 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses, indican desde el departamento de Educación del Gobierno de Aragón.