La alta afluencia a las estaciones agrava los atascos en la A-23: "Hasta que no acaben las obras, no podemos hacer más"

Las estacio nes de esquí del Pirineo están viviendo un febrero espectacular. Las copiosas nevadas que dejaron las borrascas Fien y Gérard animaron las reservas tras un arranque de temporada algo flojo y los últimos fines de semana han disparado la ocupación en los valles. Pero ese aluvión de aficionados al esquí también ha provocado, una vez más, imágenes de atascos, especialmente en la vuelta los domingos, que han llegado a colapsar incluso el casco urbano de Sabiñánigo ya que muchos optaban por cruzar la localidad para intentar esquivar las retenciones. Pese a ello, algunos tardaron casi tres horas en realizar el trayecto Formigal-Huesca, el doble de lo normal.

Los datos de la DGT confirman este incremento de tráfico ya que los últimos dos domingos se han superado los 10.000 vehículos de bajada desde el Pirineo en dirección a Huesca por el puerto de Monrepós, un 20% más que el último fin de semana de enero.

Todo ello ha agravado aun más los atascos en el entorno de Sabiñánigo, donde los vehículos tienen que atravesar un doble cuello de botella. El primero, cuando la autovía procedente de Jaca pasa a ser una carretera convencional antes de llegar a la localidad serrablesa, y el segundo en la rotonda que da acceso de nuevo a la N-330 y hasta el pueblo de Lanave. Ambos tramos son los únicos pendientes de finalizar en toda la autovía A-23: la variante de Sabiñánigo (6,9 km) y el Sabiñánigo-Lanave (8,7).

Si los plazos se cumplen, uno de esos ‘embudos’ desaparecerá en 2024, cuando se prevé acabar las obras de la variante de Sabiñánigo, cuyo coste inicial de 65 millones se ha disparado a cerca de 100.

Sin embargo, para solucionar definitivamente los atascos en los momentos de máxima afluencia al Pirineo habrá que esperar varios años todavía ya que en el último tramo entre Sabiñánigo y Lanave aún no han comenzado las obras. Los Presupuestos Generales del Estado de 2023 reservaron una partida de 3 millones para licitarlas, pero la previsión de gasto de este proyecto, valorado en 91 millones, alargaría el plazo de entrega hasta 2028 como mínimo.

Hasta entonces, la jefa provincial de Tráfico, Margarita Padial, avisa de que con volúmenes de tráfico como los de estos últimos fines de semana "cualquier golpe u otra incidencia hace que las retenciones sean mayores". Y eso que en la temporada alta de esquí, ante la previsión de mayores desplazamientos a estaciones de esquí y segundas residencias, se despliegan el 100% de los agentes disponibles del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil para regular y agilizar el paso de vehículos en estos tramos conflictivos.

Con todo, reconoce que "la carretera es la que es mientras la autovía esté sin finalizar y no podemos hacer más porque todo el mundo quiere aprovechar hasta el final y sale a la misma hora con lo cual las retenciones son inevitables". Por y pide a los conductores "prudencia y paciencia".

Además, para intentar minimizar los atascos conseja circular solo por el carril de la derecha en el tramo de la A-23 entre Sabiñánigo y la rotonda de acceso a la N-330 "porque muchas veces queremos adelantar pero lo que estamos ocasionando es una mayor retención por el ‘efecto muelle’ ya que tienes que ir parando para dejar que se incorpore el que viene por el otro carril así; si vamos por uno solo, va todo más ligero", explica.

En el caso de los vehículos que bajen del Pirineo, especialmente del valle del Aragón, Padial también aconseja usar la alternativa de la A-132 por el puerto de Santa Bárbara ya que aunque se tengan que recorrer 25 km más, puede compensarse con el tiempo de viaje. Para volver del valle de Tena también existe la opción de la N-260 si se va a la zona oriental.