Un incendio devora cinco viviendas en una urbanización de Panticosa con 40 desalojados
El fuego comenzó en una chimenea y se extendió rápidamente por las cubiertas de madera.
El fuego iniciado en la chimenea de un ático devoró este domingo cinco viviendas en la urbanización Argualas de Panticosa. Bomberos de varios parques de la provincia lucharon durante horas contra las llamas para evitar que se extendieran por los cuatro bloques que están pegados, con una veintena de pisos y dúplex, hasta que ya entrada la noche las dieron por controladas. Los daños materiales son muy cuantiosos y la Guardia Civil tuvo que desalojar a 40 personas del interior, pero no se produjeron heridos.
El fuego comenzó sobre las siete de la tarde. Según explicó el alcalde de Panticosa, Jesús María Úriz, se inició en una chimenea. "Incluso se veían salir de allí las llamas en un primer momento", dijo. En primer lugar acudió una dotación de bomberos de Sabiñánigo, pero viendo la gravedad del incendio se dio aviso a otros parques del Servicio Provincial de Extinción de Incendios y Salvamento (Speis) de la Diputación de Huesca. "Han acudido bomberos de media provincia", señalaron desde la institución. Al principio no encontraban las bocas de incendios, enterradas por la nieve y el hielo, y hubo también dificultades para el acceso de la autoescala.
Las llamas se fueron extendiendo rápidamente bajo las cubiertas, pese al amplio despliegue, que sobre todo centró sus esfuerzos en evitar la extensión al resto de viviendas. "El tejado es de madera y ha ardido muy rápidamente. Ha llegado una primera dotación de bomberos, pero ha tenido que pedir refuerzos", señaló el alcalde.
La Guardia Civil confirmó que finalmente se vieron afectadas cinco viviendas. Aunque los cuatro edificios que están pegados en esa zona de la urbanización, en la parte más alta y aislados del resto, tienen apariencia de unifamiliares son bloques de dos plantas y áticos con una veintena de propiedades, señaló el alcalde.
Numerosos curiosos se acercaron hasta allí, pero la Guardia Civil, que desplazó a tres patrullas, perimetró la zona e impidió el acceso. Por fortuna, en el momento de iniciarse el fuego, no soplaba el viento. "Si llega a ocurrir el sábado habría podía ser mucho más grave porque había mucho viento", comentó un vecino.
El incendio dejó sin luz a toda la urbanización y a la cercana localidad de El Pueyo de Jaca, en un fin de semana de máxima ocupación. Aunque habitualmente Argualas está muy solitaria, porque casi todo son segundas residencias, este fin de semana habían acudido muchos propietarios, al ser además puente festivo en Zaragoza, y también se habían llenado los apartamentos turísticos.
Cuidado con las chimeneas
El Servicio Provincial de Extinción de Incendios y Salvamentos de la Diputación hizo a principios del invierno un llamamiento a los dueños de viviendas que cuentan con chimeneas para que las revisen y las pongan a punto. En 2021, el Speis realizó en torno a 60 intervenciones por fuegos originados por esta causa, desde pequeños incendios hasta otros más grandes como el que calcinó seis apartamentos en Campo.
Curiosamente, mientras ardían las casas en Argualas, el Ayuntamiento tuvo que acudir a apagar dos contenedores de basura que habían ardido porque alguien arrojó cenizas que no estaban bien apagadas.
Otros fuegos devastadores que comenzaron en una chimenea
Incendios como el ocurrido este domingo se repiten por desgracia con cierta frecuencia en el Pirineo. En febrero de 2018, el fuego iniciado en una chimenea y avivado por rachas de viento de 90 kilómetros por hora dejó reducidos a ceniza cinco apartamentos en Benasque y causó heridas a tres bomberos.
Por las mismas fechas, pero de 2021, en apenas 40 días, tres voraces incendios dejaron un balance devastador: uno amenazó un edificio histórico de Jaca; poco después se quemaron cuatro viviendas en Tramacastillade Tena; y por último resultaron calcinadas otras dos en Sallent de Gállego, con cuantiosos daños en los pisos vecinos.
Todos respondían al mismo patrón: el fuego se propagó desde una chimenea al tejado y desde aquí corrió por el interior, afectó a viviendas bajo cubierta con techumbres de madera, formando una lámina continua, que lo hizo progresar rápidamente. Y el fuerte viento, habitual en esas zonas de montaña, lo avivó y complicó las labores de extinción.
